Kombucha: qué es y cómo se prepara en casa el té asiático fermentado

La kombucha es un té endulzado y fermentado de origen asiático: una bebida ligeramente ácida y refrescante hecha mezclando té verde o té negro, con un cultivo de levaduras y bacterias de masa sólida, llamada "cultivo kombucha".


La peculiaridad de esta bebida radica precisamente en el cultivo que, durante la fase de fermentación, se multiplica, lo que lleva a la formación de una nueva masa de color más claro, que puede usarse para otra preparación: un poco como la levadura madre. En Asia, la kombucha se considera una droga natural y también se la conoce como "té de la inmortalidad".


Beneficios de la kombucha

La Kombucha es una bebida rica en sustancias probióticas que aporta beneficios a la flora bacteriana, diversificándola. Esto ayuda a la salud del intestino y de todo el cuerpo, fortaleciendo el sistema inmunológico. Obviamente, como con todos los alimentos fermentados, los beneficios para la flora intestinal son subjetivos: para algunos serán excepcionales, mientras que para otros serán menos. La Kombucha también sería beneficiosa contra el insomnio y los trastornos de las articulaciones, además de purificar el organismo,: esta bebida produce ácido glucónico, un importante agente desintoxicante. Sin embargo, con respecto a los beneficios de la kombucha, no hay estudios científicos definitivos, por lo que es importante abordar esta bebida gradualmente, mejor si primero se solicita la opinión del médico.


Lo que se necesita para el proceso de fermentación

La kombucha se realiza partir del hongo SCOBY (Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast), sigla que significa cultivo simbiótico de bacterias y levaduras. Tiene la apariencia de un disco gomoso que flota en el té, y contiene comunidades de levaduras y bacterias, que activan el proceso de fermentación en presencia de oxigeno.


Cómo preparar kombucha en casa

Para preparar 2 litros de bebida, se necesitarán 2 cucharaditas de té de hojas verdes, negras o blancas. Dejar en infusión durante 10 minutos, colar, endulzar con 140 gr. de azúcar morena y dejar enfriar. Luego, verterlo en un frasco de vidrio de boca ancha y agregar el cultivo, cubrir con un paño ligero y dejar fermentar a alta temperatura entre 8 y 12 días: cuantos menos días se deje fermentar la kombucha más dulce será, con el pasar de los días se volverá más ácida. Una vez que se alcanza la fermentación deseada, retirar el cultivo con las manos limpias, lavarlo con agua fría y agregar más té para mantenerlo vivo. Verter la preparación en una botella limpia, bien tapada y guárdarla en un lugar fresco. Mantener en la botella durante al menos 20 días antes de beberlo. Luego se puede almacenar la kombucha en un lugar fresco o en la nevera durante unos meses.


¿Quién puede consumir la kombucha?

La kombucha puede ser bebida por todos, excepto por las personas que sufren de candida sistémica. También debe recordarse que la kombucha contiene azúcares y cafeína y un bajo porcentaje de alcohol, que debe ser inferior al 0,5%, por lo que no se recomienda su consumo para los niños. Con respecto al consumo de kombucha, es bueno comenzar con pequeñas dosis: comenzar bebiendo solo un dedo, evaluar el efecto en el cuerpo y luego aumentar gradualmente a medio vaso y luego a un vaso al día.


¿Es seguro prepararlo en casa?

Preparar kombucha en casa es seguro, y ni siquiera se necesitan frascos esterilizados: durante la fermentación, de hecho, se crea un ambiente selectivo que no permite la proliferación de organismos patógenos. Con respecto a las reglas de higiene, solo se necesita lavarse las manos y los recipientes de vidrio con jabón, enjuagándolos muy bien.

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