La receta para una Navidad liviana

La Navidad es un período mágico. Pero no para la silueta: en los 10-15 días que duran las fiestas de fin de año, la ingesta de calorías aumenta un promedio de 1.500 al día o más, resultando en 2-4 kilos adicionales después de la Epifanía. ¿Qué se puede hacer para evitarlo? Los pequeños grandes trucos para ahorrar calorías, utilizados en conjunto, se transforman en un verdadero programa salva-silueta navideño. Que comienza en la cocina.

En la cocina

Sí a la tradición, pero con algunos retoques; algunos consejos a la hora de cocinar:

- En una cacerola, en lugar de aceite o mantequilla, sofreír el ajo y la cebolla en vino blanco o caldo desgrasado.

- Prefiera la cocina al vapor, a la plancha, a la parrilla o al horno, evitando los alimentos fritos.

- Condimentar las ensaladas al final, con aceite extra virgen de oliva crudo, medido con una cuchara en vez de verterlo directamente de la botella. Para limitar la cantidad que se necesita, utilice vinagre (balsámico también) o limón.

- Cocine la pasta y el arroz siempre al dente: reducir el tiempo de cocción de los hidratos de carbono retrasa su absorción, evitando que los azúcares se convierten en grasas.

- Al elegir el menú para la cena o el almuerzo de Navidad, el consejo número uno es preferir el pescado a la carne, y  acompañadar con verduras y legumbres. La segunda regla es limitar el uso de la sal, que se sustituye con especias y hierbas. Y de postre, ¿por qué no probar muchos sorbetes de frutas, a base de agua (sin crema o leche)?

En la mesa

Servir el pan a partir del segundo plato, disminuyendo de este modo su ingesta.

Por el contrario, no deben faltar en ningún momento, las jarras con agua, con o sin gas, para así limitar el consumo de refrescos azucarados y bebidas alcohólicas.

Recuerde que los entrantes son los más traicioneros, ya que pueden hacernos acumular innecesarias antes del plato principal. Concentrarse principalmente en algun pedacito de queso y en los encurtidos u hortalizas con vinagreta. Otra alarma son los embutidos y los quesos grasos, especialmente después de una comida.

Y ¿qué pasa con el pan dulce, los turones y otras confituras típicas? Seleccionar pequeñas porciones de dos o tres ingredientes de la mesa dulce y tratar de no repetir.

El último consejo es recordar que el objetivo principal no es comer sino compartir y pasarla bien con los seres queridos y siempre cuidando la salud.

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