Higaditos de pollo, ternura interior

Sugerencias:

Si hay un pollo asándose en el horno, prepare un spetazzino para picotear mientras se espera. Saltee los menudos en aceite de oliva, a fuego vivo, con un ajo entero, una hoja de laurel, sal y pimienta.

Si tiene previsto asado sobre parrilla para el día siguiente, adobe durante la noche unos higaditos en limón, aceite, ají molido bien picante, sal, pimienta y una hoja de laurel.
Pínchelos y áselos sobre las brasas. Habrá conseguido una versión avícola de los anticuchos peruanos hechos con corazón de vaca. Los higaditos se asan enseguida.
Se sirven como entremeses con un aperitivo mientras se espera el asado de fondo.

Saltee los higaditos en manteca, agrégueles orégano (romero, o lo que tenga) y chorro de vino blanco, más sal y pimienta, páselos por la procesadora con un poco de manteca, agregue unas gotas de cognac, una cucharada de crema de leche y guarde todo en terrina dentro de la heladera. Obtendrá un paté caserísimo y exquisito.

Saltee los higaditos en aceite, desglace con vinagre suave o si no, vino tinto; acomódelos sobre unas hojas de espinaca cruda, condimente a gusto y sírvalos tibios. Entrada muy sabrosa que todos aplaudirán.

Ensaye estas ideas o las recetas que siguen a continuación; pero con mucho cuidado.
El hígado es frágil, no acepta que uno se distraiga. Si su cocción se pasa de punto, se seca y no sirve más.

Recetas recomendadas:
Hígados de pollo a la bourguignone
Higaditos a la griega

Comentarios sobre este artículo (0)

No hay comentarios