La tradición judía en la mesa

En la época antigua, cuando la mayoría de los primeros hebreos vivían como pastores nómadas en el desierto, sacrificaban un cordero con la llegada de la primavera. Más tarde, ya labradores, festejaban la celebración de Jagr. ha'Matzot, conmemorando el inicio de la cosecha de trigo desprendiéndose de toda masa fermentada.

Después de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén, los judíos se dispersaron por el mundo. Muchos fueron a Europa Central y Oriental, mientras que otros emigraron hacia África, se afincaron en algunos países del Medio Oriente, y un gran porcentaje de ellos ingresó en España.

La primer corriente, llamada ashkenazi, desarrolló en la diáspora una cocina similar a la centroeuropea, en tanto que la segunda corriente, la sefardí, recibió en cambio una gran influencia de la comida árabe.

Mucho más cerca en el tiempo, aproximadamente desde fines del Siglo XIX hasta la década del 30, se produjo una nueva gran corriente migratoria judía, en este caso hacia Estados Unidos, la Argentina, Australia y, después de la Segunda Guerra Mundial, Israel. En esta etapa, la comida judía abandonó las mezclas con los alimentos de los países de la Diáspora y por el contrario se convirtió en uno de los más fuertes rasgos de identidad de este pueblo.

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