¿Qué son las proteínas?
Las proteínas son moléculas y son la base de la vida tal como la conocemos. Nuestro cuerpo se compone principalmente de proteínas, que son los componentes básicos de los distintos tejidos, pero también son mensajeros que transportan comunicaciones a las distintas células y órganos. La síntesis de proteínas tiene lugar dentro de la célula y las proteínas también sirven para enviar órdenes de qué funciones se deben realizar, así como también se utilizan para llevar a cabo estas funciones. Ojo, no sólo estamos hechos de proteínas, sino también de otras clases de moléculas. En el ámbito nutricional, las proteínas son uno de los tres micronutrientes, junto con los azúcares y las grasas. Entonces, la proteína no es el bistec, el huevo, el pescado, el queso. Estos alimentos son fuentes de proteína animal, pero no son proteínas, aunque muchas veces se les llame así.
¿Cuáles son las fuentes alimenticias de proteínas?
Como dijimos antes, sin proteínas la Vida tal como la conocemos no existiría, por lo tanto, todo ser vivo contiene proteínas.
Las fuentes nutricionales de proteínas de origen animal son:
Las fuentes nutricionales de proteínas de origen vegetal son:
- legumbres
- fruta seca
- semillas
Cabe recordar que los cereales, las verduras y las frutas también contienen proteínas de origen vegetal, en pequeñas cantidades y por ello no solemos incluirlas en las fuentes principales. Por tanto, encontramos proteínas en prácticamente todos los alimentos, a excepción del aceite, que es una mezcla de grasas.
¿Qué son las dietas altas en proteínas?
Por convención, en el ámbito nutricional se denominan dietas hiperproteicas a aquellas que tienen más proteínas de la calidad recomendada por las guías, que es de 0,9-1,0 gramos de proteína por kilo de peso. Cabe recordar que para algunas categorías de personas, como las personas mayores, los deportistas y quienes padecen algunas enfermedades específicas, el contenido de proteínas en la dieta aumenta o disminuye en comparación con el valor indicado anteriormente.Y aquí es donde empieza la confusión, porque las distintas personas sin titulación ni formación en nutrición denominan
hiperproteicas a aquellas dietas que prácticamente no incluyen cereales, harinas ni derivados y muchos segundos platos. Varias dietas rápidas y de moda deben clasificarse como hiperproteicas porque, entre los tres micronutrientes, implican una reducción muy fuerte, si no la exclusión total, de carbohidratos y lípidos (azúcares y grasas). Las dietas cetogénicas suelen denominarse dietas hiperproteicas, un gran error que denota poco conocimiento de este tipo de enfoques, lamentablemente incluso por parte de varios profesionales. De hecho, las dietas cetogénicas nacen como dietas hiperlipídicas y normoproteicas. Incluso los protocolos cetogénicos bajos en grasas se ciñen a una cantidad pautada de proteína.
Una dieta hiperproteica muy famosa es la Dukan, que en la primera fase sólo permite segundos platos magros y sin condimentar (jamón, pechuga de pollo, etc.). Este tipo de régimen considera un periodo corto, de 3 a 7 días como máximo para la fase hiperproteica. Esto se debe a que nosotros, como seres humanos, no podemos sobrevivir por mucho tiempo sólo con proteínas. El inventor de la dieta Dukan lo sabía muy bien y se protegió de posibles problemas indicando un máximo de una semana para la primera fase. De hecho, nuestro hígado y riñones son capaces de metabolizar y luego eliminar sólo una cantidad limitada (aunque no pequeña) de proteínas por día si éstas no van acompañadas de carbohidratos o lípidos. Comer únicamente carne magra durante largos períodos provoca la aparición de un síndrome de desnutrición, llamado "mal de caribú", y una intoxicación proteica.
Conclusión
Por lo tanto, si la intención es perder peso, no se recomiendan las dietas ricas en proteínas: si se siguen durante unos días pueden incluso dar la ilusión de perder peso (pero no será grasa corporal), si se siguen durante demasiado tiempo pueden tener consecuencias graves para la salud. Siempre es mejor establecer un hábito alimentario y evitar las dietas rápidas recomendadas por personas sin formación.
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