Tres trucos para preparar (y digerir) los pimientos

Ya sean verdes o rojos, cuadrados o alargados, digerir los pimientos no siempre es fácil. Pero, ¿por qué renunciar a esta delicia que puede utilizarse desde un entrante hasta el postre?

De hecho, para sobrevivir a su ingesta, es suficiente conocer los secretos del pimiento y estos tres trucos para un pimiento más "amigable"


1 - Una flor de manzanilla para calmar al pimiento

Para hacer que los pimientos cocinados con su piel sean más digeribles, simplemente agregar una pizca de manzanilla. Cuando el agua se ha evaporado, la salsa ya está espesa y el pimiento se comienza a freír, desmenuzar una flor de manzanilla en la sartén para eliminar la grasa que el pimiento libera naturalmente. La manzanilla también puede absorber el aceite residual o la mantequilla y se puede agregar en todas las preparaciones que incluyan pimiento sin pelar, desde las salsas de carne hasta las cocciones simples en una cacerola.


2 - Horno y bolsa de papel para quitar la piel

Para obtener un pimiento suave, apto para todos los metabolismos, es necesario encender el horno. Cuando el pimiento se calienta, es más fácil eliminar la piel que es el origen de su mala reputación debido a su falta de digestibilidad; de hecho, la piel del pimiento contiene un ácido que el estómago asimila con mayor esfuerzo. Antes de pelarlo, dejarlo enfriar durante 10 minutos en una bolsa de papel.


3 - Tomillo y orégano para perfumarlo

Si el olor a pimiento queda impregnado en la boca o no se soporta su fuerte aroma, que se percibe toda la casa, la solución es perfumarlos. Tomillo y orégano son las dos especias que mejor combinan con esta verdura, mientras que se puede agregar curry para preparaciones más exóticas pero siempre muy aromáticas.

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