Pero el vino puede servir también como tratamiento para la piel y mantenerla joven por más tiempo. A este procedimiento se le conoce como vinoterapia y consiste en un sistema de cuidados corporales y orgánicos que son aplicados por especialistas esteticistas y que teniendo como protagonista al vino, tratan de retrasar el proceso de envejecimiento.
Cuando los polifenoles son liberados actúan sobre los tejidos para eliminar el agua por vía natural. Su eficacia tiene mucho que ver también con la estimulación de la microcirculación y la protección de la elastina del tejido cutáneo.
El vino puede ser empleado para dar masajes, en baños y como parte de un tratamiento local. Cuando se utiliza en fricción, actúa perfectamente como producto de exfoliación y como mascarilla, favorece la regeneración celular, nutre el tejido cutáneo y reafirma los poros.
También puede tenerse convertida en agua fácil sobre todo cuando se quiere mantener la piel hidratada, suave y distendida.
El vino actúa para desintoxicar todo el cuerpo y al ser empleado en inmersión, la penetración de sus componentes a través de la capa cutánea, estimula la circulación sanguínea, cura infecciones articulares y calma las tensiones musculares.
Además, el consumo de una copa de vino en la comida, previene accidentes cardiovasculares y mantiene la piel más joven y saludable. Pero al considerar dentro de la dieta los alimentos antioxidantes que ayudan a mantener la piel joven podemos considerar los granos enteros, ricos en fibras y vitaminas, que mejoran la digestión, reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Tampoco podemos obviar el salmón, una fuente natural con mucho Omega 3, un excelente antioxidante que ayudará a lucir más joven y saludable y reduce los niveles de colesterol malo, así como los problemas del corazón.
El yogur es otro alimento con múltiples beneficios, combate el acné por lo que se usa mucho en mascarillas naturales y previene el envejecimiento de la piel y evita padecer de problemas intestinales.
Finalmente, hay que confiar mucho en los frutos secos como las nueces, ricas fuentes de grasas insaturadas que aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y Omega 3.
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