Vino blanco

Vino blanco

A diferencia del vino tinto, que es, por supuesto, de color rojo, el vino blanco se caracteriza por tonos que van del amarillo al verde claro. Su sabor también varía con el tipo de uva seleccionada pero en general se encuentran toques de nueces, duraznos, frutas tropicales y cítricos.

Para obtener los vinos blancos se pueden utilizar tanto uvas blancas (como el Chardonnay o Chenin blanc) como negras (por ejemplo Pinot Noir: en este caso se usa sólo la pulpa de la fruta, y así las pieles no quedan en contacto con el mosto). Todo depende del proceso de elaboración del vino.

Es un tipo de vino que se debe servir frío pero no congelado, a una temperatura entre 8° C y 14° C, y se distingue por un cuerpo más delicado y notas frescas y ácidas. Los acoplamientos ideales son generalmente con platos de pescado, carnes blancas o salsas pobremente estructuradas.

Las fases

En la vinificación en blanco, al contrario de lo que ocurre para el obtener vino tinto, las partes sólidos, o el orujo, no se dejan macerar con el mosto para que el vino no está demasiado cargado de tintes y taninos. Para este fin, se utilizan trituradoras de operación muy compleja, que, gracias a sus membranas especiales pueden aplastar las uvas suavemente, impidiendo que las partes sólidas se mezclen con el mosto en el tanque. Se proceda inmediatamente a prensar el orujo, que luego se agrega, en proporciones variables, al mosto.


La vinificación se caracteriza por varias etapas, que son:

- Despalillado: en esta fase se eliminan los tallos. El propósito es conseguir vinos más suaves y menos astringentes, dado que el tallo contiene una cantidad considerable de taninos ásperos, con un contenido de alcohol ligeramente superior y una mayor coloración. Además, con el despalillado se obtiene una mejor proporción entre las partes sólidas y líquidas, una disminución del volumen (los tallos representan el 3-6% del peso de la cosecha), una fermentación más lenta, un aumento más lento de la temperatura, ya que que los tallos ponen en movimiento la fermentación y aumentan la oxigenación de la superficie del mosto.

- Prensado de los granos: consiste en hacer estallar la uva, evitando aplastar las semillas. Su objetivo es liberar la máxima cantidad de jugo y homogeneizar el conjunto, poniendo en contacto las levaduras presentes en la cáscara y el jugo rico en azúcar, para airear el mosto y asegurar un buen comienzo de la fermentación, permitiendo una buena maceración de las uvas, una buena disolución de las sustancias colorantes contenidas en la piel y la incorporación en el jugo, de los activadores de levadura y fermentación presentes en la pruina (el recubrimiento de aspecto parecido a la cera que se encuentra en la piel).

- Drenaje: tiene como objetivo eliminar el orujo con el fin de evitar la liberación en el líquido, de colorantes y taninos.

- Aclarado: esta es la etapa en que se produce y se corrige con métodos aprobados de filtrado previo, el grado de claridad y transparencia, que impacta también en la gradación cromática.

- Decantación: las operaciones anteriores en alguna manera perturban el equilibrio del vino, por lo que es necesario un período variable de reposo, dependiendo del vino.

- Filtrado: el objetivo es eliminar las partículas en suspensión.

- Fermentación alcohólica: en el caso de los vinos blancos se lleva a cabo a una temperatura de 18 - 22° C, transformando en alcohol etílico, dióxido de carbono y energía en forma de calor, los azúcares presentes en el mosto, a través de la acción de las levaduras.

- Trasiego: es el proceso por el que se extrae el vino del mosto al final de la fermentación, descartando el sedimento.

Después del trasiego, el vino está listo para la etapa final de procesamiento (trasvasado, clarificación, estabilización), hasta su embotellado.


Algunos consejos prácticos

1) Un buen vino se reconoce por el color y el aroma. El vino blanco de buena calidad puede tender a los siguientes colores: amarillo claro o amarillo oscuro; oro, ámbar, con tendencia al marrón o verdoso.

Atención con los vinos blancos de color amarillo rojizo o amarronado, ya que podría poner en evidencia que se trata de un producto demasiado viejo.

2) Un buen vino puede poseer una fragancia leve o intensa dependiendo de la uva utilizada. El olor también se puede dar por diversos elementos, tales como el grado de envejecimiento. Puede tener un característico olor a flores o frutos; sin embargo, una fragancia amarga y desagradable es indicativa de que el vino está "pasado" o "avinagrado".


Como degustarlos

Los vinos blancos son generalmente más ácidos que los tintos y, con respecto a éstos, más pobres en taninos y en consecuencia, con una sensación de astringencia muy baja, prácticamente nula. Teniendo en cuenta que una bebida ácida se vuelve más agradable a bajas temperaturas, y como ya hemos mencionado, los vinos blancos se sirve, por lo general entre los 8°C y 14°C.

- Los vinos blancos jóvenes, frescos y aromáticos, también se pueden servir a 10º C, mientras que los menos aromáticos van bien a 12° C.

- Los vinos blancos suaves y maduros, añejados durante algunos años en botella, soportan temperaturas más altas y se pueden servir entre 12° y 14° C.

Servir un vino blanco a una temperatura más alta, exalta su carácter "dulce" a expensas de las características de acidez y sabor, que en cambio, son las más agradables y deseables en este tipo de vino.

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