A temperatura ambiente: 5 alimentos que no se deben consumir fríos

En los calurosos días de verano, solo nos viene a la mente una cosa: hielo. Entonces, en casa o en la oficina, abrimos el refrigerador y buscamos un refrigerio entre los alimentos fríos, desde frutas hasta helados y cervezas. ¿Pero este hábito es correcto? Pregunta que surge espontáneamente no tanto por motivos de salud, como por gusto. Pensemos también en el uso del hielo cuando nos lastimamos: ¿no es usado realmente para anestesiar e insensibilizar la zona afectada?


Un estudio de 2012 encontró que nuestras percepciones en la boca cambian si comemos inmediatamente después de beber agua fría. Probemos con un trozo de chocolate negro, como hicieron los investigadores. La sensación de dulzor y cremosidad se atenúa con el sorbo de agua fría. Según la encuesta, este hecho podría explicar por qué en América del Norte, donde siempre se bebe agua helada, se prefieren alimentos más dulces que en otras partes del mundo. Así que veamos qué alimentos no se deben comer fríos para satisfacer el paladar.


Fruta

Muchas de ellas deben conservarse en la nevera, especialmente en verano. De esta forma se mantendrán más tiempo y en mejor estado.Sin embargo, no conviene comerlas frías para saborearlas mejor. Sobre todo en cuanto a la textura: la fruta a temperatura ambiente tendrá una pulpa más jugosa y sabrosa. Este es el caso del melón, albaricoques, piña o melocotones, por ejemplo. La sandía, por otro lado, también es excelente cuando está fresca. También hay ingredientes que no se deben meter en el frigorífico porque se estropean. Es el caso de las naranjas, que son más dulces cuando se almacenan en un lugar fresco y seco, y la papaya o plátano, que corren el riesgo de ennegrecerse.


Tomate

Uno de los errores más comunes es guardarlo en la nevera, por no hablar de comerlo frío. Sí, porque las bajas temperaturas disminuyen significativamente los compuestos volátiles que le dan sabor y aroma y modifican su consistencia. El tomate jugoso se vuelve así harinoso y no muy sabroso. Entonces, mantener los tomates fuera de la nevera y comerlos a temperatura ambiente, simplemente con un chorrito de aceite y unas hojas de albahaca fresca.


Agua

Hemos visto cómo el agua fría casi puede anestesiar nuestro paladar. Beberla a temperatura ambiente hará que se aprecien más los alimentos que tenemos en la mesa. No solo. Si hace mucho frío, será más difícil que el cuerpo la absorba con la consiguiente sensación de sed y, en casos graves, el riesgo de deshidratación. También puede promover la hinchazón, causar molestias a los dientes y encías, irritar la garganta e incluso bloquear la digestión. Si los beduinos beben té caliente en el desierto, nosotros también podemos soportar el agua a temperatura ambiente en el verano.


Chocolate

Como vimos al principio, el frío quita la cremosidad y dulzura de la llamada "comida de los dioses". Pero se podría objetar: ¿por qué poner chocolate en el refrigerador y no almacenarlo a temperatura ambiente? Podría suceder en el verano si no se dispone de un lugar lo suficientemente fresco. De hecho, los expertos recomiendan envolverlo en papel de aluminio, encerrarlo en un recipiente hermético y colocar todo en el congelador para limitar el daño al sabor y aroma. Cuando llegue el momento de descongelarlo, dejarlo en el frigorífico durante 24 horas y luego a temperatura ambiente durante una hora antes de disfrutar de la barra de chocolate.


Fiambres y embutidos

Sería bueno poder cortar nuestro jamón, ponerlo en la mesa de inmediato y disfrutarlo con amigos. Desafortunadamente, este no es siempre el caso y, por lo tanto, hay que comprar los paquetes en el supermercado y luego guardarlos en el refrigerador. Sin embargo, recordar que los embutidos que se comen a temperatura ambiente y no fríos son más sabrosos, suaves y dulces. Por tanto, el consejo es mantener el producto fuera de la nevera durante unos diez minutos antes de servirlos, para que la temperatura suba un poco.

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