Fuente de proteínas y vitaminas
Afortunadamente, sin embargo, se trata de grasas mono y poliinsaturadas, entre las cuales se destacan el ácido oleico y ácido linoleico (un ácido graso esencial de la serie omega-6). No sólo eso, los cacahuetes tienen un nivel bastante alto en proteínas y, por tanto, se pueden integrar en una dieta vegetariana o vegana. También aportan una buena cantidad de vitamina E (antioxidante) y vitaminas del grupo B, además de grandes dosis de fibra y minerales como fósforo y, especialmente, magnesio. También es bueno el aporte de hierro y zinc, mientras que un poco más baja es la cantidad de sodio contenida en los cacahuetes, originarios de América del Sur, pero que ahora se cultiva en muchas partes del mundo. Pero atención: no es una fruta seca, es una legumbre.
Contra el colesterol malo
Gracias a sus micronutrientes, el consumo regular de cacahuates también favorece la reducción del colesterol malo y de los triglicéridos, al tiempo que aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL). Distinto es el tema vinculado a la mantequilla y el aceite de cacahuates, que contienen respectivamente, grasas trans y omega-6 responsables del aumento del colesterol malo (LDL) en comparación con el colesterol bueno.
Para el bienestar de la piel
La presencia sustancial de cobre hace a los cacahuetes útiles en casos de anemia, fragilidad ósea y desmielinización del sistema nervioso; la vitamina B3 (niacina), que se encuentra en buenas cantidades, es útil para las funciones digestivas y para prevenir las enfermedades cardiovasculares y dermatológicas.
Por último, los cacahuetes son una buena fuente de coenzima Q10, un potente antioxidante también presente en el pescado azul, la soja, la espinaca y fruta seca y que se utiliza ampliamente en la industria cosmética para contrarrestar el envejecimiento y restaurar la elasticidad a los tejidos de la piel. Los cacahuetes, por lo tanto, también son buenos para la piel.
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