Cómo llegar en forma (y mantenerse) para las Fiestas

Las Fiestas se acercan y con ellas también muchos días festivos en los que es habitual comer mucho y de forma continua. Pero el truco para disfrutar las comidas sin tener que renunciar a lo bueno, es prestar atención a la alimentación en los días previos y no prolongar las comilonas durante días.

La primera regla a seguir es evitar comprar de antemano dulces y panettones o comprarlos en exceso y luego verse obligados a consumirlos incluso después de las Fiestas.

Durante los días de fiesta, el organismo invariablemente se ve sometido a una alta carga de calorías, con un exceso especialmente de grasas saturadas e hidratos de carbono complejos: por lo tanto es adecuado evitar los excesos y ponerse en forma para la Navidad con una dieta restringida, sana y equilibrada. Estos son pequeños recaudos que podemos tomar los días anteriores.

- Reducir el consumo de carbohidratos complejos, como el pan y las pastas.

- Consumir en el almuerzo y la cena un plato compuesto por un tercio de proteínas (carne, pollo, pescado, legumbres, huevos) con los dos tercios restantes formados por una guarnición de verduras.

- Limitar el uso de aceite a 2-3 cucharas pequeñas al día (preferiblemente utilizado en crudo).

- Tomar un bocadillo a media mañana y por la tarde con una porción de fruta o yogur bajo en grasa.

- Eliminar los extras: postres y dulces, alcohol, bebidas gaseosas, snacks.

Cómo comportarse en las Fiestas para no desperdiciar el esfuerzo previo?

- Comer de más sólo en los días reales de fiesta. Estas serán las ocasiones para concederse extras en la mesa. En el resto de los días (entre Navidad y Fin de Año, por ejemplo), es importante mantener una ingesta controlada de calorías.

- Una buena opción es también probar todo sin exagerar y servirse pequeñas porciones de cada plato sin repetirlas.

- Prestar atención al tamaño del plato y a la cantidad de comida que se está comiendo es fundamental para poder comer de todo un poco, pero en la dosis correcta.

- Contrarrestar el consumo excesivo de sal. Es inevitable que en estos días, además de comer de más se come más sazonado, y esto provoca un aumento en la retención de líquidos. Es aconsejable, entonces, consumir más agua bebiendo al menos 2 litros dal día.

- Limitar las bebidas azucaradas y el alcohol. Otro gran riesgo es excederse con las bebidas azucaradas y el alcohol: bebidas muy calóricas que no hacen sino aumentar las calorías diarias totales. Por supuesto, no vamos a a renunciar al brindis de Navidad y Año Nuevo, pero podemos limitar el consumo excesivo de alcohol y bebidas azucaradas durante las comidas. Debe quedar claro que su consumo es equivalente a introducir calorías vacías que aumentan el consumo calórico total, sin incorporar nutrientes importantes para nuestro organismo.

- No dejarse tentar por las generalmente abundantes mesas dulces. Cuando la mesa se llena de frutos secos y dulces típicos navideños es fácil perder el control entre un picoteo y otro. Nueces, almendras, pistachos, castañas de cajú, pero también dátiles, ciruelas, pasas, higos, albaricoques, tienen propiedades muy beneficiosas (fuentes de antioxidantes, vitaminas y grasas buenas), pero también son alimentos con alta densidad calórica. Es por eso que se permite un consumo de 30 gramos al día, preferentemente consumidos como un bocadillo a media mañana o media tarde. En cuanto a los dulces de Navidad, elegir el que más le guste pero limitarse en la porción: la mitad de una rebanada de pan dulce será suficiente. Una buena opción para evitar comer sin llevar el controil es servirse limitadamente las variedades que más gusten en un pequeño plato, y limitarse a su contenido.

- Por último, pero no menos importante es no olvidar la actividad física. Un buen hábito después de una comida es hacer actividad física para evitar que el exceso ingerido se acumule en forma de grasa. La mejor manera es salir y hacer una caminata a paso ligero durante al menos 40-60 minutos.

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