Coronavirus: comida y cocina seguras

La higiene en el hogar y en la cocina siempre es necesaria porque las infecciones debidas a la preparación de alimentos no son raras, aunque a menudo no tienen consecuencias dramáticas. La fuente más frecuente de contagio son las manipulaciones que tienen lugar a lo largo de la cadena de suministro y después de la compra: en la práctica, las bacterias y los virus que se pueden encontrar en los alimentos derivan del hombre que entró en contacto con esos alimentos.

Las autoridades sanitarias mundiales afirman que los virus, incluido el nuevo coronavirus, podrían contaminar la cocina y los alimentos, aunque la contaminación bacteriana es ciertamente mucho más frecuente. Todavía es temprano para decir con certeza cuánto se puede propagar el nuevo virus en el hogar y en la cocina, pero es cierto que ha demostrado tener numerosas oportunidades de contagio y que es mucho más transmisible que un virus de gripe normal. Las manos pueden tocar varias superficies infectadas y con esas mismas manos podemos transportar el virus contaminando también los alimentos, las superficies de la cocina y viceversa. Los estudios realizados hasta el momento son preliminares e informan resultados diferentes, pero también dicen que la prudencia nunca es demasiada. Para evitar el contagio, se deben lavar las manos con frecuencia y desinfectar las superficies, pero también preparar los alimentos con el debido cuidado.


Cómo limpiar y desinfectar objetos y superficies

Para platos, vasos y vajilla en general, el mejor método de desinfección es usar el lavavajillas a 60°. Si no se tiene un lavavajillas, se los puede remojar en agua muy caliente y usar jabón.

Las superficies se pueden lavar con una solución simple a base de agua y jabón, pero para asegurarse de eliminar cualquier virus y bacteria es bueno usar detergentes a base de alcohol, hipoclorito de sodio (por ejemplo, lavandina, lejía) o cloruro de benzalconio (por ejemplo, Lysoform).


Limpieza y cocción de alimentos

Aunque la evidencia científica no siempre está de acuerdo entre sí y confirmada por estudios más profundos, la atención que normalmente debe prestarse a la higiene de la cocina y la seguridad alimentaria para evitar la contaminación por bacterias, es el camino más seguro para evitar ulteriores y posibles infecciones.

Los alimentos pueden estar contaminados con bacterias como Salmonella, Escherichia coli, Staphylococcus aureus o Campylobacter y los virus del grupo Calicivirus o incluso, como no se ha excluido, del COVID-19. Por lo tanto, es necesario tratar los alimentos con mucho cuidado, además, siempre es necesario hacerlo para evitar la intoxicación alimentaria.

Estas son 3 reglas fundamentales para seguir en la cocina:

- Mantener reglas de higiene precisas.
- Preparar la comida de manera segura.
- Cocinar bien toda la comida.


Conservación

Mantener el refrigerador limpio y los alimentos a temperaturas adecuadas para evitar el crecimiento de bacterias.


Preparación

Cada tipo de alimento requiere atención especial, como un lavado completo.


Cocción

La cocción, tanto al vapor como en la sartén o plancha, debe ser completa. Esto significa que la comida también debe cocinarse en el interior: evite cocinar a medias y cocinar con sangre (por ejemplo, filetes).


14 reglas simples para una comida segura

1. Manos y superficies: En primer lugar, lavarse siempre las manos con agua tibia y jabón. Lavar a fondo el fregadero y cualquier superficie que entre en contacto con los alimentos. Con las manos lavadas, retirar los platos, vasos, cuchillos, etc. directamente del lavavajillas. Todas las noches, pasar un poco de detergente desinfectante sobre las superficies de la cocina.

2. Carne roja: El lavado de la carne no sirve para eliminar las bacterias que se encuentran en las fibras internas: durante el lavado, podrían escapar parcialmente de los alimentos y contaminar el fregadero y otros platos. Para asegurarse de haber eliminado las bacterias, debe cocinarse la carne completamente a altas temperaturas, verificando que también esté cocida en el interior (alcance 60°-70° en el interior y 140° en el exterior).

3. Pollo: El pollo crudo a menudo es viscoso y muchas veces la tentación es lavarlo, pero no es una buena idea. Si hay bacterias en la carne, al lavarla, pueden acumularse en el fregadero o contaminar otros objetos en la cocina, como paños de cocina y platos. También puede contaminar inadvertidamente otros alimentos. Es más seguro extraer el pollo del papel o paquete y ponerlo directamente a cocinar: la cocción eliminará cualquier bacteria y virus.

4. Pescado: El pescado tiene las mismas características bacterianas que las aves y la carne roja: al lavarlo, las bacterias pueden propagarse en la cocina. En cambio, debe cocinarse al menos a 70°. Recordar que si se lo come crudo después de haber sido ultracongelado, no puede decirse que los eventuales virus presentes hayan sido eliminados por el frío. De hecho, si el equipo de enfriamiento rápido no cae por debajo de los 20°, los virus pueden sobrevivir durante 2 años. Asegúrese de que el equipo de enfriamiento rápido esté entre los más rápidos con una temperatura de -40°.

5. Moluscos: Se deben lavar a fondo mejillones, almejas, ostras y otros moluscos, eliminando aquellos que estén rotos o que no estén vivos. Para limpiarlos de arena y algas, deben colocarse en un colador y remojarlos en un recipiente profundo con agua y sal durante aproximadamente 2 horas. Lo importante es que no toquen el fondo porque podría caer arena. Un enjuague puede ser necesario.

6. Huevos: Justo antes de que la gallina ponga el huevo, se forma una película delgada e imperceptible alrededor de la cáscara. Esta película no permite que las bacterias posiblemente presentes en las heces y afuera entren en los pequeños poros de la cáscara de huevo. Lavar los huevos elimina la película protectora y cualquier bacteria podría ingresar al huevo. No lavar los huevos que los productores ya han limpiado a fondo, en cambio, sí eliminar cualquier residuo visible. Siempre mantener los huevos en el refrigerador y cocinarlos bien.

7. Verduras: Las verduras tienen superficies que dificultan la presencia de microorganismos patógenos. Sin embargo, los virus y las bacterias pueden estar presentes en la tierra. Después de haber limpiado todas las partes ennegrecidas, sumergir las verduras enteras en agua fría durante al menos 2 minutos: coliflor, brócoli, alcachofas, hinojo y hojas de lechuga, ensalada, achicoria, etc. Si no se está seguro de que el agua esté limpia, agregar una cucharada de lavandina, luego enjuagar con agua corriente.

8. Ensalada prelavada: A menudo se cree que volver a lavar la ensalada de un sobre es más seguro. Controlar que sobre el envase exista la frase "prelavado y listo para consumir". En este caso, la ensalada se lava con un sistema triple que elimina los desechos naturales y no es necesario volver a lavarla. Al lavarla, la podríamos contaminar nosotros mismos. Debe ponerse sobre la mesa de inmediato y consumirla. Si no hay ninguna escritura en el paquete, tratar la ensalada como si no estuviera empacada.

9. Pan y productos horneados: Cortar o partir el pan con herramientas o manos absolutamente limpias, no partirlo con las manos para dárselo a los demás. Evitar tomar galletas saladas, palitos de pan, galletas, etc. directamente del paquete: poner la comida en un plato y tomar solo lo que se va a consumir, sin tocar el resto. Si es posible, usar cubiertos.

10. Cacahuetes, aceitunas, papas fritas, palomitas de maíz: En los bares y pubs siempre se sirven en tazones y generalmente se toman con las manos, tocando inevitablemente los que permanecen en el recipiente. Retirar la cantidad que se piensa comer solo con una cuchara o un tenedor. Es bueno recordar que estos recipientes y alimentos son una gran fuente de contagio.

11. Hongos: Los hongos son "pequeñas esponjas" que absorben agua y, con ella, probablemente también algunas bacterias. Limpiar los hongos comprados en el supermercado con un paño húmedo y eliminar todo rastro de tierra, luego cocinarlos rápidamente. No es aconsejable comer hongos crudos ya que no son seguros. Si se recogen hongos silvestres, sumergirlos en agua tibia con sal durante 30 minutos. Luego enjuagar con agua limpia hasta que se eliminen todos los residuos.

12. Aguacate, melones, papas, verduras y frutas para pelar: La cáscara de estos alimentos no se come, por lo que a menudo se piensa que no es necesario lavarlos. En cambio, esta operación es indispensable porque, al pelar la comida o cortarla en rodajas, algunas bacterias presentes en la cáscara se pueden transferir a la pulpa. Los melones, en particular, crecen en el suelo y tienen una piel reticulada que atrapa bacterias, plagas, microorganismos y fertilizantes, por lo tanto, deben lavarse cuidadosamente antes de cortarlos.

13. Bebidas enlatadas: Por lo general, la lata se abre y el contenido se bebe directamente sin tener en cuenta quién puede haberlo manipulado o dónde se almacenó. Es mejor verter la bebida en un vaso pero, si se prefiere beber directamente de la lata (o botella), es recomendable lavarla primero con agua y jabón.

14. Manteles y servilletas: En tiempos de alto riesgo de contagio, es bueno usar solo manteles, servilletas y pañuelos desechables. Si se usan elementos de tela, es aconsejable lavarlos frecuentemente en la lavadora a una temperatura superior a 60° y usar un producto desinfectante.

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