Fibras, qué son y dónde encontrarlas
Las fibras dietéticas juegan un papel muy importante en la salud personal, mejorando los problemas relacionados con la digestión y la limpieza intestinal. Son muy útiles para prevenir ciertas patologías, preservar el bienestar de la flora intestinal y frenar la pereza intestinal. Como se mencionó con el tiempo, el cuerpo cambia hábitos y necesidades, lanza señales que hay que escuchar y captar. En particular para los mayores de 60 años que siempre están atentos a su salud y alimentación diaria.
Pero, ¿qué son las fibras? Son carbohidratos que pueden resistir la digestión en el intestino delgado y, por lo tanto, no ingresan al torrente sanguíneo. Pueden ser solubles e insolubles: en el primer caso interactúan con el agua creando una sustancia gelatinosa, capaz de ralentizar la digestión; en el segundo caso, no hay combinación con agua sino una aceleración de la digestión y eliminación de desechos.
La fibra se encuentra fácilmente en algunos alimentos, como los cereales integrales. Pero también en avena, salvado, cebada, brócoli, judías verdes, judías, garbanzos, lentejas, habas, achicoria, berenjenas. Las frutas también son ricas en fibra, como las manzanas, las frambuesas, las peras, los aguacates y los albaricoques. Sin olvidar las frutas secas como las almendras, las nueces, las semillas de calabaza, por mencionar algunas. Una dieta rica en fibra sacia más, ayuda a controlar el peso y es menos calórica.
Fibra, los beneficios para los mayores
Más de 60 años y fibra, una combinación interesante e importante porque estos alimentos ayudan al bienestar del intestino pero también del resto del organismo. Incorporarlos a la dieta diaria facilita una serie de beneficios.
Mejoran el bienestar de la flora intestinal, favoreciendo un tránsito saludable con una rápida liberación de toxinas y desechos. De esta forma se consigue evitar problemas como el estreñimiento, las hemorroides, y al mismo tiempo reducir la permanencia de sustancias potencialmente tóxicas en el interior del propio intestino. De esta forma se activa una importante acción preventiva frente a algunos cánceres y tumores que afectan a este órgano muchas veces descuidado.
Sacian más fácilmente, son menos calóricos y favorecen el control de peso. Una importante ayuda para quienes deben controlar y eliminar kilos de más o padecen obesidad. Las fibras permanecen más tiempo en el estómago, aumentando su masa y dando una sensación positiva de saciedad; además tienen un menor aporte calórico.
Mejoran la salud del corazón y la circulación al tiempo que reducen el exceso de colesterol, la presión arterial y los niveles de azúcar en la sangre. En particular, disminuyen el índice glucémico presente en una comida y aseguran una correcta liberación de glucosa y energía propia. Por ello, los alimentos ricos en fibra son de fundamental importancia para quienes padecen diabetes.
Ofrecen mayor nutrición porque son ricas en vitaminas, sales minerales y propiedades útiles para el organismo y su funcionamiento. Una recarga de energía y bienestar constante, algo que no ocurre con los alimentos refinados que son culpables de aumentar los niveles de azúcar en sangre pero también de ser menos nutritivos.
Para una ingesta correcta y equilibrada siempre es bueno contactar con expertos del sector, como un nutricionista que podrá elaborar un menú equilibrado y personalizado. Un camino alimentario adecuado para satisfacer las propias necesidades, sin fatiga ni privaciones.
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