Con las fiestas de fin de año, las góndolas de los supermercados se llenan de turrones, pralinés y afines, pero este dulce español, es mucho más que una golosina estacional.
Se trata de un producto premium, elaborado con los mejores ingredientes, a tal nivel que en su país (España), es parte del selecto grupo de los cincuenta productos alimentarios con denominación de origen controlada (D.O.C.).
La D.O.C. española, reconoce dos tipos de turrones.
El de Jijona, blando, y el de Alicante, duro, ambos definidos como “masa obtenida por cocción de miel, con incorporación y amasado de almendras tostadas y clara de huevo".
Pero la verdadera prueba de fuego para comprender que turrones y otros dulces asociados a las fiestas de fin de año merecen un podio entre las delicatessen atemporales, es probarlos.
Es en la boca, cuando la miel se derrite y da paso a los sabores complejos de los frutos secos, donde se nota una buena hechura y un disfrute máximo.
Variedades
Los turrones pueden categorizarse entre los de almendra, entre los que se encuentran el famoso turrón tipo Jijona, los mazapanes y praliné.
Dentro de los pralinés, se encuentran los productos elaborados a partir de una crema de chocolate y almendra, o avellana.
El mazapán, en cambio, se refiere a dulces realizados con pasta de almendras molidas y azúcar, aunque también pueden llevar piñones, avellanas o nueces.
Maridaje: turrones y vinos
Los turrones duros con almendras, resultan ideales con un vino tipo Oporto, tanto en sus versiones originales de España, como en las etiquetas nacionales que apuntan a ese estilo.
Los taninos del vino sirven para descansar de la dulzura de los turrones.
Los turrones de pasta blanda van muy bien con variedades de vinos tardíos, siempre y cuando, cuenten con una buena acidez que equilibre la sensación grasa característica de estos turrones.
Bebidas como brandy, cognac, o whisky de luxe, van muy bien con los praliné licorosos y amargos (praliné de licor y praliné de trufa), y también combinan bien con los más pesados (guirlache de almendras y avellanas, o praliné de crema y nuez).
Otra combinación aconsejable es con licor de café, donde la amargura de éste grano se complementa con la dulzura de los turrones.
Si bien la recomendación general indica no colocar los chocolates en la heladera, el praliné de crema catalana y de tiramisú, se disfrutan aún más cuando se consumen bien frías.
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