Ya es tiempo de Navidad

Para hacer una buena cena de Navidad hay que evitar el stress, y esto es especialmente cierto para la (o el) encargado de cocinar. Así que, para evitar tensiones excesivas, lo mejor es tratar de hacer las cosas con anticipación.

Es mejor adelantar a principios de diciembre las invitaciones, para confirmar la cantidad de comensales con el tiempo suficiente para preparar la cena en base a este número.

Si se preparará una cena de acuerdo a la tradicional local, será definitivamente más fácil encontrar los ingredientes, pero si se desea preparar recetas más exóticas, habrá que prepararse con tiempo para encontrar los ingredientes.

Una buena solución es también realizar de antemano las preparaciones básicas y almacenarlas en el freezer para tenerlas listos para su uso.

Las compras

El truco para tener todos los ingredientes necesarios en tiempo y forma, consiste en preparar una buena lista. Después de haber seleccionado el menú, y después de tomar nota de todo lo necesario para las distinas preparaciones, repasar las existencias de ingedientes básicos. A menudo puede pasar, que realizamos una laboriosa búsqueda en tiendas especializadas para encontrar un ingrediente en particular y, al momento de cocinar, descubrimos que casi no tenemos sal! Así que no está de más asegurarse de contar con productos básicos como: sal, pimienta, aceite, mantequilla, vinagre, azúcar, café, leche, vino para cocinar, limón, perejil, zanahorias, apio, cebollas, ajo, harina, huevos, pan rallado y queso rallado o para rallar.  

El menú

Hay que pensar muy bien la elección del menú, por eso lo mejor es hacerlo con antelación. Debemos en primer lugar decidir si elegir platos tradicionales o innovadores. La simplicidad es siempre la mejor manera de evitar chocar con los diferentes gustos de los invitados y arriesgarse a sorpresas desagradables. Es mejor privilegiar recetas concocidas y, que se descuenta, serán un éxito.

Una idea original es preparar una tarjeta con el menú para cada invitado o un cartel para colgar en la pared, de manera que todos sepan en que consistirá. Se puede optar por hacerlo manuscrito en un lindo papel o imprimirlo en computadora utilizando algún diseño alegórico.

La mesa

A la hora de preparar la mesa, hay lugar para todos los gustos y necesidades, y en especial para la imaginación. La imaginación es el mejor consejero. Sin gastar demasiado se puede poner una mesa hermosa, optando por abandonar el tradicional color rojo y eligiendo otros colores y matices diferentes, incluso el blanco.

Los platos blancos sobre un mantel colorido darán más énfasis a la presentación de los platos. Lo importante es que haya una cierta consistencia. Elegido el color, se optará a continuación por las decoraciones que combinen con él.

Y recuerde, nada impide el uso de objetos o colores no convencionales vinculados a la Navidad, de hecho, los colores elegidos para esta Navidad por los grandes diseñadores se apartan en gran medida de lo tradicional y son, precisamente, el violeta y el rosa subido o fucsia.

Las velas

La brillante luz de las velas siempre da ambiente especial a la mesa, pero hay que tener cuidado con su uso. En primer lugar, si usted quiere poner un centro de mesa u otras decoraciones, las velas pueden sobrecargar el aspecto general. Además, a algunas personas les molesta su humo u olor. Si realmente no quiere prescindir de ellas elegir velas sin aroma que no altere el olor de la comida que sirven a sus invitados. También, si a la mesa se sentarán niños, las velas podrían ser en un peligro. Por último, recuerde que cuando se apagan las velas, a menudo la cera se dispersa, y es casi seguro que termine en ese hermoso mantel que reservó para esta especial ocasión.

Una idea novedosa y muy práctica, son las pequeñas velas a pila, cuya luz titila igual a la de una vela de cera. Estas pequeñas velitas, tienen la desventaja de no ser muy estéticas, pero pueden incluirse perfectamente en un centro de mesa, disimulándolas entre las flores u otros elementos que haya seleccionado.