Recetas y tradición
Las influencias culinarias de pueblos como los alemanes, húngaros, polacos e italianos, han contribuido a convertir la cocina austriaca, en una cocina muy rica y refinada. Al ser un país relativamente pequeño, la gastronomía del lugar se identifica principalmente con la cocina de su hermosa capital, Viena.
Consciente del antiguo esplendor de la corte de los Habsburgo, la tradición austriaca prevé un rico y abundante desayuno con cruasanes, café, mantequilla y mermeladas caseras acompañadas de huevos, jamón y queso.
Una mención especial merece el café que en Austria se ha convertido en un verdadero culto no sólo para la población, sino también para los turistas. En los bares, sobre todo de Viena, se puede elegir entre una lista interminable de al menos 20 diferentes cafés: "Melange", "turco", "Kapuziner", "Cervantes", "Einspänner" o "Kleiner Brauner" entre otros, todos los cuales se pueden disfrutar con "Ober" (crema) o "Ohne Ober" (sin crema).
Una de las preparaciones más típicas de la cocina austríaca son las diferentes sopas que caracterizan el primer plato o entrante de una comida.
Además de los distintos tipos de sopas, verduras y cereales, el plato más tradicional es sin duda el "Knodel", una preparación muy versátil que puede ser dulce o salada, hecha con pan duro o patatas, relleno con tocino, queso o albaricoques en su versión dulce.
Un lugar importante ocupan también los platos de carne y caza. En primer lugar, el famoso "wienerschniztel", es decir, las costillas a la Vienesa. Otras preparaciones de cierta importancia son: el "goulash" (típico de la tradición húngara), el "Wiener tafelspitz" (una carne muy tierna que se hace cocer durante varias horas en un caldo con verduras), el "kalbsgulasch" ( estofado de ternera picante), el "Zwiebelrostbraten" (carne asada con guarnición de cebolla), los "geselchtes" (carne ahumada), el "Stelze" (cordero), el "Meisel" (carne de ternera acompañada con caldo y pan tostado); además de todas las carnes de caza que normalmente se preparan a la parrilla o asadas y se sirven con salsas y mermeladas a base de arándanos o bayas. Por último, vale la pena mencionar el "Beuschel", un plato a base de despojos considerado pobre hasta hace unos años, pero últimamente está disfrutando de una notable popularidad.
El lugar de honor en la cocina austriaca lo merecen sin dudas, los dulces, verdadero orgullo de la nación. Reina de la producción de confitería austriaca es, sin duda, la famosa "tarta Sacher", un delicioso pastel de chocolate que esconde en su interior una delicada capa de mermelada de albaricoque. Y es tan famosa como conflictiva: todavía hoy, las dos pastelerías más importantes de Viena, la "Demel" y la "Sacher", compiten para que se les reconozca la distinción de ser los "inventores" del histórico pastel.
Otros dulces son el "appfel strudel" (strudel de manzanas), la "Linzer Torte" (una tarta de almendras rellena de mermelada de grosellas negras), el "Kaiserschmarrn" (trozos de masa dulce y caramelizada que a menudo lleva uvas pasas, almendra molida y confitura o trozos de manzana) y "Gugelhupf" (un buñuelo relleno de almendras y pasas).
Vinos y bebidas
Para acompañar esta cocina tan refinada, a pesar de que el vino ocupa un lugar muy importante, con sus apreciados rojos y blancos; la cerveza se posiciona en el primer lugar en popularidad. Incluso si no son bien conocidas en el extranjero, las cervezas austriacas son de excelente calidad y cada vez más apreciadas por los conocedores y amantes de la bebida rubia.
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