Cómo conservar las frutas y hortalizas durante el tiempo cálido

A continuación, algunos consejos para almacenar y conservar frutas y verduras durante la temporada de verano o en climas cálidos.

Cómo conservar fresas y frambuesas

Fresas, frambuesas y moras son propensas a enmohecerse y se pudren rápidamente, incluso en el refrigerador, sobre todo si se compran en el supermercado y, por lo tanto, no están recién cosechadas. Un truco para que duren más es la termoterapia. Sumerja las fresas o moras durante 30 segundos en agua caliente, a una temperatura de 50°C. A continuación, coloque la fruta en un paño y déjelas secar antes de guardarlas en el frigorífico.

Si dispone de estas deliciosas frutas en abundancia, puede congelarlas para preparar mermeladas. Las fresas, una vez cortadas, se conservan mejor si se rocían con zumo de limón.

Cómo conservar patatas, ajo y cebolla

Durante el tiempo cálido, las patatas, el ajo y las cebollas son propensos a germinar más rápidamente. Para conservarlos mejor, ponerlos en un sótano o en el lugar más fresco de la despensa, en el interior de bolsas de papel o cajas de madera.

Resguardarlos tanto como sea posible de la luz y el calor. Y si brotan, plantarlos en el jardín o en macetas, simplemente enterrándolos: directamente los dientes de ajo; las patatas divididas en partes dependiendo de la posición del brote y, en el caso de las cebollas, tanto la base como la parte media germinada.

Cómo conservar la sandía

La sandía se puede almacenar, cuando está entera, en un lugar fresco dentro de la casa, como el sótano, o la parte menos fría de la nevera, si su tamaño lo permite.

Cuando la sandía ya ha sido abierta, para evitar que se pudra, se puede utilizar un truco sencillo que consiste en quitarle la piel y cortarla en cubos que se colocarán en un colador, acomodado dentro de un recipiente mayor, llevando todo al refrigerador. Gracias al colador el aire puede circular (a diferencia de lo que ocurre con la película transparente) y la sandía no se echa a perder tan rápidamente.

Cómo conservar los tomates

Los tomates se conservan mejor a temperatura ambiente que en el refrigerador. Las bajas temperaturas y la humedad del frigorífico pueden descomponerlos más rápidamente. Mantenerlos en el lugar en la casa más seco y protegido del sol, dentro de un contenedor que permita el paso del aire, por ejemplo, una cesta, evitando recipientes de plástico. Con los tomates más maduros se pueden preparar salsas para conservar.

Hojas verdes

Si tiene la suerte de cosechar en su propio jardín, lechuga o cualquier otro tipo de hojas verdes, recoja sólo lo necesario para el consumo diario.

Pero, ya sean del propio huerto o compradas, lave las hojas en un recipiente con agua fría, pero no las deje en remojo. Escúrralas (conservando el agua para regar el jardín) y seque con un paño, papel de cocina o con la ayuda de un centrifugador de verduras. Guarde en el refrigerador sólo hojas secas. Por lo general, los centrifugadores tienen un contenedor perforado dentro del recipiente. Use todo el conjunto para preservar mejor las hojas en la nevera.

Cómo conservar plátanos

Para evitar que los plátanos maduren con demasiada rapidez, no almacenarlos en el mismo recipiente en el que conserva las manzanas, ya que éstas liberan gas etileno, que aceleran la maduración. Los plátanos pueden ser almacenados en el refrigerador. Si ya están maduros y no los va a comer de inmediato, córtelos en rodajas y congélelas. Serán ideales en la preparación de batidos y helados.

Calabacín y berenjena

Si va a guardar calabacines y berenjenas en el refrigerador, lávelos sólo en el momento que vaya a usarlos. De lo contrario puede ser almacenado en el sótano en bolsas de papel. Un método alternativo para preservar el calabacín es su secado al sol, después de cortarlo en rodajas finas. Tanto el calabacín como la berenjena se pueden conservar en aceite y vinagre.

Cómo conservar las cerezas

La mejor manera de retardar la maduración de las cerezas es guardarlas en el refrigerador. Es preferible utilizar un simple recipiente de vidrio o un plato, en lugar de un recipiente de plástico. Un consejo adicional es lavarlos poco antes de consumirlos, ya que el contacto con el agua acelera su descomposición.

Melocotones y albaricoques

Si tiene a disposición los melocotones o albaricoques aún no maduros, no los guarde en el refrigerador. Su maduración no se produce correctamente, dando como resultado una fruta poco dulce e insípida. Melocotones y albaricoques se conservan a temperatura ambiente hasta que maduren, entonces se puede almacenar en el refrigerador, pero deben ser consumidos en un tiempo breve.

Melón

Un melón maduro, que no se va a consumir de inmediato, se puede almacenar en el refrigerador, donde se mantendrá durante aproximadamente una semana. Para obtener el mejor sabor, antes de cortarlo, dejarlo reposar a temperatura ambiente durante media hora. Si el melón ya se ha abierto, sus rebanadas se mantienen unos conservados en un envase de alimentos, preferentemente de vidrio.

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