Harina de Manitoba: para qué sirve y cómo usarla en la cocina

La harina de Manitoba es una harina de trigo blando (Triticum aestivum) originaria de la provincia canadiense de Manitoba. En esta área, de hecho, crece un trigo fuerte y resistente al frío. "Manitoba" viene de Manitou, que para los amerindios es el espíritu universal que impregna el mundo.

Se la conoce comúnmente como harina "fuerte", porque tiene un valor W mayor a 350. La fuerza de la harina, de hecho, está indicada por el valor del coeficiente "W" medido con el alveógrafo de Chopin, una herramienta particular que, precisamente, se usa para medir la resistencia, dureza, extensibilidad de una masa basada en un tipo de harina.


Harina de Manitoba: para que sirve

La característica de la harina de Manitoba es que permite obtener masas muy elásticas, fuertes y tenaces, capaces de soportar levados largos.

La harina de Manitoba, de hecho, contiene grandes cantidades de proteínas insolubles (glutenina y gliadina) que, en contacto con los líquidos, durante la fase de mezcla, producen gluten, por lo tanto, es una harina rica en gluten y baja en almidones. No es adecuado para personas con enfermedad celíaca.

La harina de Manitoba se usa a menudo en la preparación de panes, pizzas, postres, productos grandes con levadura y productos horneados en general.

La harina de Manitoba también se usa como base para la preparación de Seitan, alimento a base de gluten de trigo, a menudo utilizado en dietas vegetarianas y veganas como fuente de proteínas.


Harina de Manitoba: cómo usarla en la cocina

Debido a su "fuerza", la harina de Manitoba se usa para recetas que requieren levados largos: por ejemplo, panes de leudado largo (como bagels, chapati y baguettes), focaccias, pizzas, croissants, donas y babás. Entre las especialidades de la cocina estadounidense, están el cornbread, un pan de maíz hecho con harina de maíz mezclada con harina Manitoba, típico del Día de Acción de Gracias.

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