La capital de Marruecos es Rabat, pero la más ciudad más conocida e importante es Casablanca, verdadero centro económico del país, que ha dado su nombre a la inolvidable película homónima de Hollywood, protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, y dirigida por Michael Curtiz. Una tierra rica en historia, Marruecos se cuenta entre sus invasores, a algunas de las más grandes civilizaciones de todos los tiempos que han dejado en su territorio tradiciones culinarias de gran valor.
Pueblos como los árabes, los persas, los británicos, los españoles y los italianos también han ayudado a dejar una huella significativa no sólo en el estilo de vida, sino también en la gastronomía de este lugar que incluso en la actualidad es muy variada y diversa.
Recetas y tradición
La cocina tradicional marroquí cuenta con más de 2000 años de historia, combinando aprendizajes y estilos de los pueblos que la han influenciado gastronómicamente.
La naturaleza ha concedido a Marruecos una variedad muy importante de frutas y verduras que son sin duda los ingredientes básicos de la cocina. El desierto por su parte, paga a su población por las tierras inhabitables, con una gran cantidad de dátiles para la cocina local y la exportación.
Otra actividad importante en la cultura marroquí es la cría de ovejas, cabras y aves de corral, la carne se prepara en la mayor parte de los platos tradicionales. La comida principal del día es sin duda el almuerzo: el "ritual" del desayuno es casi inexistente y durante la cena se come de modo muy ligero.
Alimento infaltable en las mesas marroquíes es sin duda el pan, preparado de diferentes maneras, que acompaña por igual a todos los platos. Plato nacional, bien conocido en todo el mundo, es el delicioso "cuscús", una harina de sémola de grano muy pequeño, que se cuece al vapor en un caldo sazonado y muy picante y se sirve con verduras y carne o pescado y verduras.
Otro plato típico es el "tajine", un plato a base de pollo y varias carnes (especialmente de cabra y oveja) que toma su nombre de la cacerola clásica en la que se prepara. Entre los platos principales incluyen las de "mechoui" (cordero asado), varios "pinchos de carne”, el “cordero al horno", la" pastilla "(hojaldre relleno con carne de paloma y almendras), la “b’stilla” (carne de paloma sazonado con limón y almendras y acompañada con huevos), la "harira" (una sopa servida únicamente durante el Ramadán) y por supuesto todos los platos al "curry", una deliciosa mezcla preparada con casi 35 diferentes especias, utilizados para dar sabor a muchos platos.
No pueden tampoco dejar de mencionarse el "briouats con kefta" (preparados con grasa de cordero, carne de res molida, huevos, canela y pimienta) y la "chorba fassia" (a base de carne de res y el azafrán). Muy importante son las salsas utilizadas para acompañar platos diferentes. Entre ellas la "chermoula", utilizado principalmente con las preparaciones de pescado, y el "feggas", una salsa que combina bien con cualquier plato.
En cuanto a los postres, Marruecos tiene una tradición muy rica y variada. No necesariamente servidos después de una comida, los dulces marroquíes son ricos y con sabores intensos. Los más típico son: "kaab y ghzal" (hecho con pasta de almendras y azúcar), la "torta de miel", el "ghoriba" (hecho con almendras y merengues de almendra), el "Harcha" (tortitas típicas de sémola) y las "halwa shebakia" (galletas que típicamente se consumen durante el Ramadán).
Con respecto a las bebidas típicas, siendo Marruecos una nación de religión Islámica, no hay producción de bebidas alcohólicas. La única excepción son los vinos producidos en Meknes. Por lo demás, la bebida nacional de Marruecos es el "Té de menta", que se sirve en vasos de vidrio especial con una hoja de menta fresca y gran cantidad de azúcar.
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