Todo lo que aún no sabes sobre las fresas

Con la llegada de la primavera, llegan a la mesa las fresas, una fragante delicia estacional, para disfrutar simplemente en ensaladas de frutas, con un poco de limón o azúcar o con helado.

Aquellos que aman lo agridulce pueden agregarlas a la ensalada, cuidando de condimentarla con unas gotas de vinagre balsámico. Para saborear su dulzura en la merienda, una mezcla perfecta es con un poco de leche o yogur. Para preparar una bebida sabrosa, reemplazar la leche de vaca clásica con leche de almendras, tal vez agregando algunas hojas de menta fresca.

Pero antes de llevarlas a la mesa, ¿por qué no conocerlas un poco mejor? Estas son 10 curiosidades sobre las fresas que tal vez no conocías.


Pertenecen a la familia de las rosáceas

Las fresas son un fruto falso, lo que comemos de las plantas es una agregación dulce de semillas que surge de la inflorescencia. Este tipo de fruta se llama fruta agregada.


Una planta perenne

Si se compra una planta, se cosecharán fresas durante 5 años consecutivos.


Son ricas en nitrato

Este elemento ayuda a oxigenar la sangre y ayuda a que fluya a los músculos y tejidos.


Tienen más vitamina C que las naranjas

Superan a los cítricos con una presencia vitamínica de 54 mg cada 100 gr.


Ideales contra el colesterol

La pectina en la que son ricas, absorbe los carbohidratos y los lípidos en el intestino, lo que las hace valiosas para quienes padecen diabetes y colesterol alto.


Aliadas del cabello

El alto contenido de cobre presente en las fresas las convierte en una herramienta natural para contrarrestar la pérdida de cabello y aumentar su fuerza.


Dietéticas

A pesar del sabor dulce, son muy buenas en las dietas. Comiendo 100 gramos, se toman menos de 40 kilocalorías.


No solo rojas

Aunque la fresa más apreciada y extendida es la roja clásica, existen otros tipos. La alta gastronomia utiliza la fresa verde, caracterizada por un sabor que recuerda a la piña y es ideal para la preparación de platos salados.


Tienen una historia antigua

Parece que los antiguos romanos las cultivaban para tratar la depresión, las bajas de presión, la inflamación y los cálculos renales. Los nativos americanos las comían de forma natural o cocinadas en panes de maíz, antes de la llegada de los colonos.


Hay un museo dedicado a las fresas

En Bélgica, el Musée de la Fraise recibe cada año a muchos entusiastas que están dispuestos a descubrir las características de las fresas y su historia. Allí se pueden comprar diversos productos alimenticios a base de fresas (incluida cerveza) y numerosos objetos y accesorios que recuerdan su forma.

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