Zanahorias: alternativas a las de color naranja

Cuando se piensa en las zanahorias, se las visualiza de un color naranja brillante, porque este es el matiz de color, entre muchos otros, genéticamente seleccionado en Holanda, y que identifica las más cultivadas y difundidas.

Cualquier otro tono caracteriza no sólo una particular consistencia al paladar y percepciones gustativas diferentes, sino que también la variación de los pigmentos cambia el contenido de antioxidantes, además del betacaroteno.

El potasio contenido en altos porcentuales en las zanahorias, las hace ideales para los entusiastas de los deportes y para aquellos que sufren de retención de líquido; el magnesio y el zinc son cofactores de importantes reacciones metabólicas e inmunitarias y son útiles para uñas y el cabello.

La pequeña cantidad de hidratos de carbono es responsable de sus calorías limitadas, con sólo 35 kcal por 100 gr., una zanahoria es un un "corta-hambre" perfecto: son ideales para tenerlsd ya peladas en la nevera, y evitar "ataques" al queso u otros alimentos calóricos en caso de hambre entre comidas.

Contienen muchas fibras que dan rápidamente saciedad, también porque su crujido estimula una masticación larga. Es mejor asociarlas con una pequeña cantidad de ácidos grasos esenciales, para favorecer la absorción de vitaminas liposolubles; se pueden comer con algunas semillas oleaginosas, algunas almendras o acompañadas de pequeñas cantidades de yogur entero aromatizado con hierbas picadas.


Las púrpura

Las zanahorias oscuras, de color púrpura-negro, se caracterizan por la riqueza de antocianinas y vitaminas del complejo B, estas vitaminas son esenciales para el metabolismo energético y de la piel. Las antocianinas son pigmentos solubles en agua de la familia de los flavonoides, tienen la capacidad de neutralizar los radicales libres responsables del estrés oxidativo que también daña el ADN, y que está en la base de envejecimiento celular. La acción antioxidante y antiinflamatoria también protege el sistema cardiovascular: los capilares tónicos previenen las imperfecciones como la cuperosa, la celulitis y las enfermedades linfáticas y venosas.

La oxidación de los transportadores en sangre de colesterol y triglicéridos es la primera etapa del proceso inflamatorio que endurece y espesa las arterias, con la formación de placas ateroscleróticas, que podría generar trombosis e ictus. Estas son algunas de las razones por las que se deberían aumentar las porciones de frutas y verduras, fuentes naturales de antioxidantes.

Elegir alimentos como las zanahorias y papas moradas, comer las berenjenas con sus pieles, también col roja, rábanos, arándanos, ciruelas, uvas negras, moras, cerezas, grosellas negras y una copa de vino tinto con la comida, integra naturalmente las necesidades de antocianinas.


Las zanahorias amarillas

Las zanahorias amarillas también contienen xantofilas, luteína y la zeaxantina, carotenoides que protegen la vista: contrarrestan el daño que los rayos UV, la diabetes y la senilidad causan a los fotorreceptores oculares. La degeneración macular y de la retina son particularmente incapacitantes.


Zanahorias blancas

Las zanahorias blancas aportan quercetina, un antioxidante flavonoide utilizado también con fines terapéuticos en las patologías de la próstata y como modulador inflamatorio de las alergias; se están realizando estudios para probar su acción antitumoral. El alimento más rico en quercetina es la alcaparra, pero también se encuentra en los cítricos, chirivías y manzanas.


El licopeno

El contenido en las zanahorias rojas, como en los tomates, es mucho más biodisponible si se consumen las zanahorias cocidas. Es un antioxidante muy potente, cuya actividad anti-envejecimiento y antitumoral es bien conocida y se promueve su presencia diaria en la dieta de quienes padecen enfermedades cardiovasculares.

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