Los nutrientes de la avena
De acuerdo con las tablas del Centro de Investigación para la alimentación y la nutrición, la harina de avena contiene 13% de proteínas y 17% de sustancias grasas, incluyendo ácido linoleico. Valores elevados, teniendo en cuenta por ejemplo que la harina de trigo tiene sólo un 8% de los lípidos o que la de arroz se compone de 91% de carbohidratos. Los granos de avena contienen también, aunque en porcentaje reducido, vitamina B (tiamina) y minerales como el fósforo, magnesio, hierro, zinc y potasio.
Avena para todos los órganos
Esta composición tiene una serie de beneficios para muchos órganos de nuestro cuerpo. de hecho la avena reduce el colesterol gracias a la beta-glucano, una fibra soluble que atrapa las moléculas de LDL en el intestino y las arrastra para su expulsión. Menos colesterol significa arterias menos obstruidas y un menor riesgo de enfermedades del corazón.
Las avenantramidas son anti-inflamatorios, que actúan contra el riesgo de cáncer impidiendo el desarrollo de células cancerosas. El bajo índice glucémico y alto contenido en fibra de este cereal hacen que sea accesible por los diabéticos, que en las escamas encuentran una ayuda para estabilizar el nivel de glucosa en la sangre.
La avena también puede ser consumida por aquellos que sufren de la enfermedad celíaca o intolerancia al gluten, siempre y cuando los productos de avena sean puros, o sea que no contengan otros cereales.
También produce energía, gracias a la avenina, un alcaloide concentrado en el salvado y de efecto tonificante y el reequilibrante.
Alta digeribilidad y el peso bajo control
El más beneficiado con las propiedades de la avena es sin duda el intestino: las fibras contenidas en grandes cantidades (especialmente en el salvado del cereal) tienen efectos diuréticos y laxantes, lo que favorece la regularidad del proceso digestivo. Una opción muy saludable, especialmente para las personas que sufren de gastritis o colitis. Y este cereal deja una sensación de saciedad por largo tiempo, lo que lleva a consumir menos calorías en las horas sucesivas.
La avena para el desayuno (y no sólo)
Cómo introducir un alimento tan saludable en nuestra dieta? Los copos de avena (los granos cocidos al vapor y prensadas entre dos rodillos) son la forma más común. Se los suele comer en el desayuno, remojados en leche o yogur, pero también son excelentes en sopas y segundos platos (aunque al cocinarla se degradan algunos nutrientes, como la avenina).
Con la harina de avena se pueden realizar las mismas preparaciones que con la harina de trigo. Típico plato del desayuno inglés es el porridge, una especie de sopa de avena con leche, agua y el azúcar, junto con otros cereales; también entra en el proceso de producción de cerveza y whisky.
Contraindicaciones
Pero entre tantos efectos positivos, no podía faltar alguna contraindicación. El salvado de avena estimula la producción de gases intestinales y distensión abdominal (como todos los alimentos ricos en fibra). Desmentidas en cambio las teorías que ven en la avena una causa de insomnio. Su capacidad de relajar el sistema nervioso por el contrario, favorece el sueño: prueba de ello es su presencia en medicamentos relajantes y homeopáticos para la ansiedad.
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