Sangría: receta, historia y combinaciones

Clásica bebida española y veraniega, la receta original de la sangría se ha perdido, hoy existen varias variaciones y no se sabe con certeza cuál es la auténtica.


Cómo preparar la sangría

Para esta versión de la sangría, poner en una jarra dos naranjas y un limón cortados en rodajas finas. Añadir una ramita de canela.

Agregar luego ¿agua gasificada al gusto y el vino. La tradición prevee utilizar un vino tinto con cuerpo, como los robustos vinos españoles.

Deja reposar por una hora, retirar la canela y agregar a la jarra una manzana cortada en cubitos y dos duraznos cortados en trozos pequeños.

Después de unas dos horas en la nevera, la bebida está lista!


Variantes

Muchos jóvenes prefieren, para darle a la sangría un sabor más dulce y chispeante, usar una gaseosa de naranja en lugar de agua gasificada. En algunos casos, se agrega brandy o ron para dar un sabor aún más intenso.

En algunos casos, el vino tinto se sustituye por blanco o rosado, siempre según preferencia. En ocasiones especiales, se pueden utilizar vinos espumosos o champán. Si no gustan las especias, se puede eliminar la canela.


Sangría: origen e historia del nombre

Hay varias historias sobre cómo nació la sangría. Muchos afirman que se originó en el siglo XVIII. Los marineros, no pudiendo tomar niguna bebida alcohólica, enmascaraban el vino con miel y fruta para que pareciera un jugo.

Otros, sin embargo, piensan que la sangría era la bebida de los campesinos españoles y portugueses del siglo XIX. Para saciar su sed hacían esta mezcla de vino, cítricos, melocotones, etc. Todo lo que venía del cultivo de la tierra.

Su nombre deriva de la palabra "sangre" ya que, de hecho, la bebida tiene exactamente este intenso color rojo. Por otro lado, recuerda el temperamento cálido y apasionado de los íberos.


Con qué combinarla

Una vez lista la sangría, todo lo que hay que hacer es disfrutarla acompañada con tapas, deliciosos bocadillos, típicos de la tradición española. Estas son algunas propuestas

Pan frito con ajo: Cortar el pan en rebanadas de un par de cm de alto, frotar por ambos lados con un diente de ajo (sin piel). Batir un huevo, pasar el pan por él y freír hasta que esté dorado.

Tapas de crostinis con aguacate y gambas: Limpiar las gambas, retirando de la cáscara, sazonar con aceite oliva e.v., jugo de limón y sal. Por separado, cortar el aguacate en trozos pequeños. Dorar rodajas de pán blanco. Una vez listas, acomodar el aguacate y las gambas. Sazonar con pimienta negra.

Tapas de aceitunas a la naranja: Deshuesar aceitunas verdes y poner en un bol. Condimentar comn piel de limón y naranja ralladas y el jugo de los cítricos. Sazonar con una pizca de pimienta negra.

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