Zumos y licuados: frescura de verano

Los zumos, licuados y batidos de frutas y verduras crudas son una de las fuentes más ricas de vitaminas, minerales y enzimas.

Desde hace mucho tiempo, estas mezclas espesas y cremosas de fruta con leche, agua o yogur gozan de gran popularidad, fundamentalmente en Estados Unidos y en los países de climas cálidos de todo el planeta.

En todo caso, varias son las razones para que estas bebidas sean tan aceptadas: no sólo resultan deliciosas, sino que además son nutritivas, suculentas y su preparación, rápida y fácil.

De hecho, no requieren más que los ingredientes elegidos y una licuadora o un exprimidor.

La elección de los mejores productos es quizás el punto más importante. Cualquiera sea el método que se emplee para preparar estos tragos sin alcohol, conviene seleccionar los ingredientes de la mejor calidad; las frutas y verduras de aspecto marchito jamás podrán competir en sabor y bondades con las frescas. De ser posible, lo mejor es comprar productos orgánicos, ya que no sólo evitan los riesgos de enfermedades asociadas al uso de pesticidas sino que, como en general, no es necesario pelarlos, proporcionan nutrientes adicionales al organismo.

También hay que tener en cuenta que, si las frutas o verduras están maduras, su sabor será mas dulce y su textura mas suave, características fundamentales para obtener los mejores resultados.

Para aprovechar el máximo beneficio de los ingredientes frescos es importante consumir las bebidas recién hechas. Ciertos nutrientes -ácido fólico y vitaminas A y C, por ejemplo- no son estables y desaparecen - con la exposición a la luz o el aire mientras las bebidas están guardadas o servidas. De hecho, en jugos y licuados de frutas y verduras la mayor parte de sus cualidades se pierde después de los 20 minutos.

Jugos como los de remolacha, melón o ananá, por ejemplo, guardados en la heladera, se asientan -el agua queda abajo y arriba toda la pulpa-, pero esto no es un mal síntoma; se resuelve volviéndolo a mezclar. De igual manera, en el caso de la zanahoria el jugo que ese obtiene de ella aguanta un tiempo en la heladera, pero no así el de manzana o el de banana, que se oxidan rápidamente (toman un color marrón).

Esto puede repararse agregando al vaso un chorrito de jugo de limón.

Cuando se trata de preparar bebidas con ingredientes que no son de estación, es posible usarlos congelados, en lata o secos, aunque en algunos casos el gusto no será el mismo ni tampoco sus valores nutritivos y energéticos.

En el caso de la fruta enlatada, es preferible utilizar aquella que haya sido conservada en jugo de frutas o agua y no en almíbar espeso. En cambio, para las frutas secas conviene buscar las que se hayan secado al sol, a pesar de que, a simple vista, su aspecto sea menos atractivo.

¿Licuado o exprimido?

Los jugos de frutas y los licuados preparados con licuadora o procesadora tienen la ventaja de conservar toda la fibra. Estas máquinas pueden emplearse indistintamente y son especiales para mezclar juntos todo tipo de ingredientes, hasta conseguir una textura cremosa y homogénea.

Si se trata de bebidas lácteas, éstas pueden prepararse con productos de leche de vaca, cabra u oveja. Como alternativa, los vegetarianos o quienes sufren de intolerancia a la lactosa tienen la opción de emplear leche de soja, de arroz, de almendra o de avena. Y claro, aquellos que cuidan la línea deben emplear leches con bajo contenido de grasa o yogures livianos.

Igualmente, vale saber que las grasas son necesarias para la absorción de las vitaminas A y D y el calcio, por eso es importante no eliminarlas por completo de la dieta, y es mejor el uso de leche entera. Hay quienes aconsejan que para que la preparación obtenga una buena consistencia, al triturar las frutas o verduras se debe agregar hielo granizado o en cubitos, una manera de prevenir la rápida fermentación.

Por su parte, para hacer todo tipo de jugos se utilizan exprimidores que deshacen las frutas y verduras hasta la pulpa extrayendo un líquido rico en nutrientes, mientras que para los licuados las máquinas mezclan la pulpa y el jugo aportando, además, la tan necesaria fibra.

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