Vinos, ¿qué tapón elegir?

El tapón de rosca para las botellas de vino es barato y no transmite olores. No se puede, sin embargo, generalizar: hay que hacer una distinción entre los vinos jóvenes y vinos de guarda.

Cada vez más, en las estanterías de las tiendas de vino, vinotecas y restaurantes, se destacan las botellas con tapón a rosca. los consumidores tradicionales no ven con buenos ojos este tipo de ciuerre, que consideran una cierre económico, sólo para botellas de vinos de inferior calidad. Sin embargo, el tapón de rosca, hace posible que el producto se mantenga intacto, manteniendo sus características organolépticas.

Para los vinos jóvenes, que no deben envejecer en la botella, esta es la solución óptima, tanto por el costo, como para la seguridad del producto. El corcho, de hecho, además de ser caro, expone el vino al riesgo de fallos, que pueden ocurrir incluso con un corcho de excelente calidad.

No se debería entonces, aferrarse ciegamente a la tradición de taponar con corcho el vino, sino preferir lo mejor para el producto: el sellado debe ser la consigna, al menos en la mayor parte de los casos.

Pero, cómo comportarse con un vino para que debe envejer? En los vinos de guarda, el corcho es una buena solución, que permite al vino oxigenarse en el tiempo y mantener su encanto al momento de descorcharlo. Asistir a los gestos del sommelier, cuando hábilmente abre una botella de vino de crianza, es verdaderamente impresionante y parte del ritual de la degustación.

Sin embargo, hay teorías que sostienen que incluso con el tapón de rosca existe la cantidad de oxígeno necesaria para permitir que el vino envejezca bien. De ser así, la tapa roscada representaría el cierre final para cualquier botella, quizás con la adición de un pequeño disco de corcho en su interior, como se está tornando costumbre en algunos vinos.

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