Ajo. Preferiblemente se debe comer crudo. Tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, perfectas para combatir los males de la temporada.
Frutas cítricas. Fuente de vitamina C, fortalecen el sistema inmunológico, también son versátiles en la cocina.
Cebollas. Tienen propiedades purificantes y diuréticas.
Coles. Contienen vitaminas y potasio y son ampliamente utilizados en la cocina.
Kiwi. Contienen el doble de la cantidad de vitamina C de una naranja, que sin embargo se reduce con la prolongación del período de conservación. Para evitar que la calidad de la fruta sea menor, es mejor comprar productos locales que no se deterioren durante el transporte.
Legumbres. Perfectas para preparar sopas, son ricas en hierro y fibra, que mejoran las funciones intestinales.
Miel. Excelente aliado para aliviar los síntomas de la gripe, especialmente aquellos que afectan el tracto respiratorio gracias a su efecto emoliente y balsámico.
Chiles. Cuanto más picantes son, más efectivas son sus propiedades terapéuticas, que se ven reforzadas por las vitaminas (A y C) y los minerales presentes, como el potasio y el magnesio. De hecho, el chile se llama "el gran doctor".
Espinacas. Ricas en vitamina C, hierro y sustancias antioxidantes.
Yogur. Rico en elementos probióticos que se utilizan principalmente para prevenir estados gripales.
Jengibre. Además de sus propiedades aromáticas, el jengibre es muy apreciado por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidante, para estimula la digestión y también es efectivo contra los resfriados..
Calabaza. Rica en vitamina A, también contiene calcio, fósforo, potasio y magnesio. Es ampliamente utilizada en la cocina.
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