El doble de antioxidantes en nuestra ensalada!

La lechuga es una de las hortalizas más consumidas, sin embargo, además de ser el principal componente de las ensaladas, representa un importante proveedor de antioxidantes naturales que dan beneficios para la salud en casi todos los niveles.

Cómo almacenar la lechuga

Después de la compra, sumerjir el lechuga en agua fría durante 10 minutos, luego ponerla en una centrífuga para ensalada. Esto retrasa el proceso de envejecimiento y hace que la lechuga dure más tiempo.

Ahora viene la parte interesante: el día antes de servir, cortar la lechuga en tiras finas. Eso por sí solo puede duplicar el número de antioxidantes! Sin embargo, la lechuga se marchita l rápidamente, y esta es la razón principal por la que no se deben conservarse durante más de dos días.

A continuación, utilizaras mini bolsas perforadas para  verduras para prolongar la vida de la lechuga. Ponga la lechuga - cortada o no, dependiendo de cuándo se va a consumir - en una bolsa, sacar todo el aire y sellar la parte superior. A continuación, utilizando un palillo de dientes o una aguja perforar 10-20 agujeros equidistantes. Almacenarla en un estante en el refrigerador, no en el compartimiento de frutas y verduras. ¿Por qué? Con este pequeño truco se crea la humedad perfecta y permite el intercambio óptimo de dióxido de carbono y oxígeno. Si la lechuga se almacena en una bolsa sin agujeros, produce demasiado CO2 y se seca.

Otros consejos para aumentar el valor nutricional de la ensalada. Condimentos

Comprar hojas de espinacas frescas, y consumirlas inmediatamente después de la compra. La espinaca almacenada durante una semana contiene la mitad de los antioxidantes de cuando apenas es cosechada

El rábano tiene una cantidad de cuatro veces mayor de antioxidantes que la lechuga romana. Para una explosión de colores y nutrientes agregar un poco de rábano triturado en la ensalada!

Condimentar la ensalada con el condimento justo y en las cantidades correctas, puede hacer una diferencia en la asimilación de estos compuestos, como la luteína, licopeno, beta-caroteno, que son solubles y por lo tanto ni siquiera se asimilan cuando la ensalada está sin sazonar.

El condimento más equilibrado es nuestro querido aceite de oliva virgen extra, o al menos un aceite rico en grasas monoinsaturadas, porque es la combinación que permite la absorción más alta posible de carotenoides con la menor cantidad de grasa añadida. Y, como siempre, no hay que exagerar.

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