Las salsas Mexicanas

Las salsas son una de las preparaciones más importantes de la cocina mexicana. Las hay de muchos tipos, recetas que se transmiten de generación en generación. Acompañan siempre el plato principal y son parte integral de cada comida, otorgando colores y sabores únicos. Algunas salsas pueden ser picantes, mientras que otras no. Pero conozcamos mejor las salsas mexicanas.

Algunas son muy cremosas, otras están llenas de trocitos. Muchas de estas se preparan con ingredientes crudos, tradicionalmente machacados en un mortero de piedra llamado molcajete. Esta herramienta ya era utilizada hace miles de años por las poblaciones que habitaron esta extraordinaria tierra, como los mayas y los aztecas.


El ABC de las salsas mexicanas


Pico de gallo

También se le llama salsa fresca o salsa mexicana. Además, sus colores principales reflejan los de la bandera nacional: chiles verdes, blancos y rojos o verdes, cilantro, cebolla, tomate cortado en cubitos. Se liga todo con jugo de lima y se completa con una pizca de sal. La pico de gallo suele acompañar a tacos, carne asada (carne de res marinada y especiada), pollo y carnitas (cerdo desmenuzado) o puedes usarlo para mojar nachos.


Guacamole

Probablemente sea la salsa mexicana más conocida del mundo. Parece que a los aztecas ya les encantaba preparar una crema de aguacate llamada ahuaca-mulli. La receta de guacamole es muy fácil y está lista en menos de 10 minutos. Triturar la pulpa del aguacate, añadir la cebolleta y el tomate picados, la guindilla picada, el cilantro y el zumo de lima. Mezcla y sirve con nachos, tacos, fajitas o simplemente con un plato de verduras.


Salsa verde

Mismo color pero diferente receta. De hecho, no son los aguacates los que le dan el color típico a esta salsa sino los tomatillos (o tomates mexicanos) y los chiles verdes. La preparación puede tener diferentes variaciones. De hecho, los ingredientes se pueden licuar o triturar crudos o primero se pueden escaldar o tostar. La carne asada, pero también las enchiladas (tortilla enrollada y rellena) quedan excelentes con esta receta.


Salsa roja

Nuevo tono, nueva receta. Es una de las preparaciones mexicanas más famosas y extendidas, ofrecida con tacos, burritos, quesadillas o jugosos huevos rancheros. Para la salsa roja, licúa o tritura tomates con jalapeños y ajo. Agrega cebolla picada, cilantro, aceite y sal a la mezcla. Al igual que con la salsa verde, algunos cocinan primero los ingredientes, por ejemplo asándolos en una plancha llamada comal.


Salsa Negra

La cocina mexicana es realmente una mezcla de colores y este componente no puede faltar en muchas recetas de salsas. La salsa negra toma su nombre ya que los chiles y el ajo, protagonistas de la receta, se tuestan hasta que adquieren un color marrón. Algunos usan chiles secos directamente. Luego se mezclan los ingredientes con aceite y una pizca de sal. Hay muchas combinaciones con esta receta pero en particular prueba la salsa para condimentar y darle un sabor picante al arroz blanco o a las verduras.


Adobo

Es quizás la preparación más interesante entre muchas de las salsas mexicanas. El nombre adobo proviene del español adobar que significa marinar. De hecho, esta mezcla se utiliza especialmente para acompañar, pero también para marinar carnes. Los protagonistas son dos tipos de chiles, Ancho y Guajillos, ambos secos. Se remojan en agua caliente y luego se mezclan con especias (orégano mexicano, pimienta negra, ajo; algunos agregan comino o canela) y vinagre de sidra de manzana.


Chili

Si te encanta el picante tampoco te puedes perder la salsa chili. Se suele utilizar para condimentar carnes pero también arroz o verduras. En esta preparación los tomates se condimentan con chiles, lima y comino. Algunos añaden frijoles negros a la receta y cuecen todo a fuego lento para que los sabores se mezclen perfectamente.


Salsa taquera

¿Son los tacos tu platillo mexicano favorito? Entonces te enamorarás de esta receta con el sabor intenso y fogoso del poderoso Chile de Árbol. Este ingrediente, entre otras cosas, resulta interesante por sus delicadas notas ahumadas que dan un sabor único a los platos. Se asan los jitomates, los tomatillos y el ajo durante unos minutos y luego se licuan con los chiles secos y una pizca de sal.


Salsa ranchera

Otra excelente preparación para acompañar los deliciosos tacos, pero también los famosos huevos rancheros. Los ingredientes son los mismos que la salsa taquera, lo que cambia es el tipo de chile. Para esta receta, de hecho, se utilizan los chiles serranos frescos, que son más dulces que los Chiles de Árbol. Si prefieres un sabor menos picante puedes sustituirlos por jalapeños y para darle un toque extra de aroma hay quienes combinan orégano con los ingredientes.


Salsa enchilada

La crema perfecta para enchiladas, tortillas rellenas y enrolladas. La base es el tomate, una materia prima casi omnipresente en la cocina mexicana, originaria precisamente de estas zonas y ya muy utilizada por los aztecas. En esta receta se presenta como puré, al que se le añade ajo, guindilla, pimienta, comino, pimentón y pimientos. La salsa se suele verter sobre los rollitos de tortilla.


Mole: la más icónica de las salsas mexicanas

Esta salsa es en realidad un conjunto de preparaciones cremosas y picantes que suelen tener chocolate entre los ingredientes. ¡Sí, escuchaste bien! Y la carne se cocina con esta deliciosa salsa. Según algunos, la receta es originaria del estado mexicano de Puebla y parece conocerse desde la época de los aztecas. El mole más famoso es quizás el conocido como mole poblano, excelente en combinación con pollo.


Salsa pipián

Según algunos, este condimento forma parte de la categoría del mole. Se puede preparar con diversos ingredientes que le dan un color diferente a todo pero no pueden faltar el pipián o las semillas de girasol. A estos siempre se les añaden chiles secos y especias. En la versión roja, hay tomate natural, mientras que en la versión verde hay tomatillos.


Salsa quemada

El nombre deriva del ingrediente principal de esta especialidad mexicana, los tomates asados. Son los que le dan un sabor único a esta crema, delicadamente quemada, que acompaña bien a tortillas fritas, nachos, enchiladas o tacos. A estos se les añade chiles (normalmente tipo serrano) y ajo y se deja cocinar hasta que estén bien tostados y suaves. Finalmente, se licúa todo con jugo de lima, cebolla, cilantro y una pizca de sal.


Salsa cascabel

La protagonista de esta receta es la guindilla del mismo nombre. Es una variedad medianamente picante pero muy aromática. También se le llama sonajero pequeño porque, si se agita una vez secas, las semillas producen un agradable tintineo. Los chiles y los tomatillos se asan y luego se licuan con un diente de ajo y un vaso de agua para que la preparación quede más cremosa. Prueba esta salsa con carne, frijoles o los clásicos nachos.


Salsa habanero

Otra especialidad, muy conocida entre las salsas mexicanas, toma su nombre de una variedad de chiles. Esta vez, sin embargo, hablamos de un ingrediente decididamente picante. El procedimiento es el mismo pero normalmente se prefieren los tomates maduros a los tomatillos. Algunos añaden un poco de zumo de lima al final para hacer aún más afrutado el sabor de esta crema.


Salsa de maíz

Al igual que los chiles, el maíz también es una de las materias primas utilizadas en la cocina local desde la antigüedad. Por eso no podía dejar de ser protagonista de una salsa mexicana. Los granos de elote cocidos se mezclan con hojas de cilantro, ají, cebolla y tomate cortado en cubitos. Se sazona con jugo de limón y aceite y se deja reposar una hora antes de servir con burritos y quesadillas.


Salsa de cacahuate

Una pasta para untar a base de maní muy apreciada en los estados mexicanos de Veracruz y Chiapas, donde la agregan a platos de carne asada o camarones. Los cacahuetes se aromatizan con hierbas aromáticas como ajo, tomillo y, por supuesto, chile. Se recomienda especialmente la variedad muy picantisima Chile de árbol. Se doran los ingredientes en una sartén y luego se licuan con ajo y una gota de agua o vinagre.


Salsa playera de lujo

Un nombre un tanto curioso para una preparación que en realidad es muy sencilla. Tomates maduros, aceitunas, jalapeños, cebolla, cilantro son los trucos para que tu pescado o carne a la parrilla queden aún más sabrosos. Y en México lo saben bien, sobre todo en la reconocida playa de Acapulco.


Salsa de frutas

El guacamole no es la única preparación mexicana a base de frutas. También los hay agridulces con mango o piña, utilizados sobre todo para darle un toque extra a nachos o tacos de pescado. Advertencia: ambos son picantes. De hecho, lo que hace picantes estas recetas es el temible (o querido) habanero, originario de la península mexicana de Yucatán.


Chamoy: salsas mexicanas para las frutas

Entendemos que a los mexicanos les gustan las salsas. Y, tanto que, hasta se las ponen a la fruta fresca. Su favorita para este maridaje se llama chamoy. Los ingredientes son muy sencillos: mermelada de albaricoque, zumo de lima, una pizca de sal y chiles (normalmente del tipo ancho, más dulces y menos picantes). Sr tritura todo hasta obtener una crema espesa y, para quien lo guste, se puede añadir un chorrito final de guindilla en polvo, para que no se no le falte nada.

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