Cocinas de mundo: Argentina

 El nombre Argentina proviene del latín "argentum", que significa plata. El origen de esta denominación se remonta a los viajes de los primeros conquistadores españoles al "Río de la Plata". Los sobrevivientes de la expedición de Juan Díaz de Solís encontraron indígenas en la región que les regalaron objetos de plata y que llevaron a España, hacia 1524, la noticia de la existencia del Cerro de la Plata, una montaña rica en aquel metal precioso.

La cocina argentina, baja en especias y condimentos, pero abundante en cantidad, tiene sus raíces en la cocina española, pero también conserva la impronta de la tradición criolla, perteneciente a las antiguas poblaciones indígenas.

El principal recurso del país es, sin duda, la carne, entre las mejores del mundo, que se prepara a la cacerola (estofado), a la parrilla (asados), sobre una plancha (churrascos) o hervida (pucheros), y siempre se ofrece en grandes porciones, con guarnición de verduras, patatas, arroz o maíz y diversas salsas de acompañamiento como el chimichurri.

La comida más emblemática es el típico asado argentino (carne de vaca cocida a la parrilla),pero también empanadas, una especie de pasta rellena con carne y otros ingredientes, los tamales, la humita y el locro.

A pesar de esto, hay una vasta cocina internacional que incluye, pero no agota la lista, principalmente de países europeos, como España e Italia, también la de América del Sur y la la japonesa y tailandesa.

La calidad de sus carnes y de sus vinos es reconocida en todo el mundo y la nueva cocina argentina ha adquirido nivel internacional con sus talentosos chefs.

Pescados y mariscos, especialmente el salmón y la trucha, de renombre de la región andina, se cocinan también a las brasas o simplemente a la plancha.

Argentina también produce frutas excelentes y buen vino, de hecho se encuentra en el quinto lugar entre los principales países productores de vino, aunque la bebida nacional es el mate, una infusión hecha de yerba mate.

La historia del vino argentino comienza a mediados del siglo XVI, con la llegada de los conquistadores españoles, que plantaron los primeros viñedos en Mendoza y San Juan. En el siglo XIX, con la llegada de los primeros inmigrantes italianos y españoles, hubo un aumento notable de la viticultura gracias a las nuevas técnicas de riego que permitieron el cultivo de la vid en zonas hasta entonces abandonadas. En los años siguientes, con la construcción del ferrocarril que unió la provincia de Mendoza con la capital y la costa atlántica, el mercado del vino se expandió rápidamente y de manera significativa.

La vitivinicultura argentina se desarrolla entre 22° y 42° del paralelo sur, área donde el clima del desierto influye mucho en el crecimiento de los viñedos con condiciones secas. Por este motivo adquiere una gran importancia el agua de riego procedente de las nieves eternas de los Andes.

Mendoza es la más grande región productora con 143,764 hectáreas. Aquí se elaboran por entre el 70 y el 75% de la producción nacional, seguida por San Juan con 48.869 hectáreas que representan alrededor del 20% de la producción.

Actualmente la producción predominante está representada por los vinos tintos (85% del total) y entre ellos las variedades más comunes son: Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Syrah y Barbera. Entre los blancos, además de los conocidos Chardonnay y Sauvignon destacan el Torrontés y el Ugni Blanc.

Desde 1992 se inició un proceso de mejora continua de la calidad en detrimento de la cantidad con la adopción de la denominación de origen controlada que llevó los vinos argentinos a los niveles de las mejores producciones mundiales.

Comentarios sobre este artículo (0)

No hay comentarios