Plaguicidas, antibióticos y hormonas:
Se sospecha que el uso de antibióticos en animales es una de las causas más importantes de la resistencia que éstos generan a ciertas bacterias. A raíz de ésto, muchas veces, quien consuma la carne de ese animal medicado, puede contraer enfermedades de distintos tipos que no podrán ser tratadas con antibióticos tradicionales.
Recordemos que en 1988 la UE prohibió terminantemente el uso de antibióticos como potenciadores de crecimiento en animales (prohibición que se repitió en 2002y 2006 nuevamente).
Micotoxinas:
Producidas por hongos y mohos que suelen reproducirse en cereales, soja, frutas secas, especias y maíz. Estas toxinas pueden producirse tanto en el crecimiento de los cultivos, como en el mal almacenamiento (o manipulación) de los mismos.
Aviso: Estas pueden aparecer también en productos que provengan de animales que hayan consumido alimentos contaminados.
Hay estudios que correlacionan la ingesta continuada de aflatoxina con el cáncer de hígado en personas afectadas por la Hepatitis. Otras micotoxinas se han asociado a daños hepáticos y renales.
Aditivos:
Es de suma importancia el NO consumo de aditivos no autorizados (o su utilización en alimentos). Al momento de utilizar aditivos autorizados, no sobrepase los límites (por ejemplo con el edulcorante).
Contaminaciones en el envase:
Un envase que contenga un producto alimenticio debe obtener previamente una autorización para ese uso. Si el envase no es el adecuado para ese alimento, este puede sufrir un grado de contaminación
dañino para la salud de un ser humano. Por eso siempre es recomendable comprar productos de calidad y de marcas conocidas.
Comentarios sobre este artículo (0)