¿Por qué el pollo y el pavo son los preferidos en las dietas?

Las carnes blancas se encuentran entre las preferidas en casi todo el mundo. Y es que cuando se trata de una nutrición saludable, el pollo y el pavo son indispensables para muchos.


Las razones del éxito

Pero, ¿por qué muchos consideran que el pollo y el pavo son una parte integral de su alimentación y también opciones perfectas para una dieta equilibrada? En primer lugar, no hay duda, por su definido pero delicado sabor y su versatilidad en la cocina: las recetas que ven a las carnes blancas como protagonistas son casi infinitas. Otro factor determinante es su ligereza: 100 gr. de pechuga de pollo contienen solo unas treinta calorías, mientras que la misma cantidad de pechuga de pavo aporta algo más de 20. Por otro lado, el contenido de grasa es mínimo a la vez que es elevado de proteínas pero también de vitaminas, especialmente del grupo B, y sales minerales como hierro, fósforo y zinc. Son alimentos ligeros pero ricos en nutrientes y por tanto fuentes de energía y bienestar. Y dotados de un notable poder saciante, que es de gran ayuda para quienes se han impuesto pequeños sacrificios en la mesa.

Excelentes aliados contra el estrés

Hay alimentos que demuestran ser grandes aliados contra el estrés y sus consecuencias: agotamiento, dolores de cabeza, ansiedad, insomnio, estados depresivos. Entre estos también encontramos el pollo y el pavo, principalmente porque son ricos en aminoácidos y triptófano, sustancias naturales que facilitan la liberación en nuestro organismo de serotonina, la llamada hormona de la felicidad. En la composición de las carnes blancas también hay importantes cantidades de sales minerales; la falta de estas últimas, y especialmente de magnesio, tiene efectos negativos sobre el estado de ánimo y el sueño y contribuye a la aparición de ansiedad y apatía.


Una elección ganadora incluso para mayores de 65

El pollo y el pavo merecen una promoción completa también en lo que respecta a la nutrición de los mayores de 65. Con la edad, explican los expertos, el gasto energético disminuye en paralelo con el metabolismo basal y la actividad física. Las carnes blancas contienen proteínas de alto valor biológico y son bien digeribles. En consecuencia, tanto la masa magra como el requerimiento calórico disminuyen, pero esto también conlleva el riesgo de que el organismo se debilite y que las capacidades mentales se vean afectadas. Afortunadamente, este riesgo se puede reducir significativamente gracias a una dieta sana y variada, que incluya frutas, verduras, cereales, leche y derivados. Todo, por supuesto, sin exagerar. Pero hay otra pregunta a considerar: después de los 65 años, es inevitable una reducción en la renovación de proteínas y el nivel de esas hormonas esenciales para la síntesis de proteínas. Por tanto, sería aconsejable tomar aproximadamente 1 gr. de proteína por cada kgr. de peso corporal, prefiriendo las de origen animal. Las carnes blancas son ideales porque contienen proteínas de alto valor biológico y son extremadamente digeribles.

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