Postres: La organización del trabajo

La preparación de postres presenta algunas diferencias con la preparación de platos salados. La organización es fundamental, debido que la "alquimia química" que se produce en las preparaciones dulces no acepta demoras o intercambio de ingredientes.

Veamos algunos consejos.

En primer lugar hay que tener los ingredientes para hacer la receta. Si hay que comprarlos, comprar los productos ya conocidos porque ya han sido usados y por lo tanto sabemos cómo reaccionan o qué resultado dan, además, siempre comprar productos que no tengan una fecha límite demasiado cercana y que sean de un origen conocido. Para los que ya estén en la despensa, comprobar la fecha de vencimiento y que estén en buenas condiciones.

Antes de empezar a hacer cualquier tipo de dulce hay que estar seguros de tener todo limpio, incluyendo los utensilios, el plano de trabajo y especialmente las manos.

Leer la receta y comenzar a pesar todos los ingredientes, colocándolos al alcance, posiblemente en el orden en que se vayan a utilizar.

En general siempre tamizar la harina: así se estará seguro de eliminar los grumos u otras impurezas y, cuando la receta así lo requiera, tamizar junto con la harina el polvo de hornear. Recordar tamizar también el cacao, si la receta lo pide, que se puede añadir a la harina.

No abreviar el tiempo de trabajo: la paciencia es el secreto del éxito de un dulce.

Por último, seguir la receta paso a paso, según las indicaciones.

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