Aquí tampoco las respuestas son claras, pero en general, los pediatras afirman que el chocolate es bueno para todos y también para los niños, aunque a partir de una cierta edad en adelante: alrededor del año de edad se puede empezar a experimentar con el cacao, tal vez en la leche, un budín o alguna galleta, mientras que para el chocolate - que igualmente hay que suministrarlo con moderación - es mejor esperar a los dos años a causa de su contenido de grasa saturada y la dificultad para el hígado y los riñones que aún no están lo suficientemente maduros, para asimilarla.
La razón de este consejo está, como siempre, a medio camino entre la salud y la educación, ya que si bien es cierto que el chocolate estimula la serotonina y nos hace sentir felices (pero cuidado, porque en los niños podría tener el efecto de sobre-exitarlos!), también es cierto que está lleno de azúcar, por lo que, al incluirlo desde muy temprano en la dieta se arriesga a que el niño se acostumbre al sabor demasiado dulce.
Entre las razones para empezar a comer chocolate a una temprana edad, está su gran riqueza de magnesio, fósforo y flavonoides, y también hay un mito para disipar: no es verdad que el chocolate provoque alergias alimentarias y mucho menos que favorezca el acné. En cambio, si es cierto que es bueno para el corazón e incluso mejora el rendimiento sexual masculino, pero esto no debería interesarle, si usted está leyendo este post (a menos que tenga ganas de darle un hermanito a su pequeño bebé).
Por último, acerca de si es preferible el chocolate negro, con leche o blanco, bueno, sin duda hay que preferir el chocolate de calidad, aquel que en su eqtiqueta muestra como ingrediente "manteca de cacao" y no "grasa vegetal". Tal vez no a todos los pequeños les encantará el buen chocolate negro amargo y hay saber que el blanco es significativamente más graso que los demás.
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