Cinco bocadillos saludables y dietéticos para matar el hambre

Los sentimientos de culpa están a la vuelta de la esquina porque, cuando se siente que baja el azúcar, que suele ser a media mañana y media tarde, o también a la noche después de la cena, la dieta corre grave peligro.

Evitar capitular frente al frigorífico arrasando todo lo que está al alcance o asaltar la pastelería con la excusa de un coffee break cuando nos asedia el hambre no es un espejismo: estas son algunas sugerencias sencillas para sentirse satisfecho sin poner en riesgo la linea.


1 - Miel, un aliado precioso

Un alimento de gran valor nutricional capaz de potenciar la actividad cerebral y aumentar los niveles de serotonina, la hormona que regula la felicidad y el bienestar: es la miel. Perfecta para endulzar una infusión que sacie el hambre, está compuesta por azúcares simples, es de fácil digestión y contiene enzimas, vitaminas, oligoelementos y sustancias que pueden favorecer los procesos de crecimiento. La miel tiene una acción descongestiva para el tracto respiratorio superior, es un natural calmante de la tos, pero también tiene una acción protectora y desintoxicante del hígado así como acción diurética. Por último, pero no menos importante, la miel es amiga los huesos, ya que ayuda a fijar el calcio y el magnesio.


2 - Frutos secos, deliciosos y nutritivos

Los denominados "frutos secos", concretamente nueces, avellanas, almendras, piñones, pistachos, cacahuetes, son ricos en proteínas y constituyen un alimento fundamental en la dieta de los vegetarianos y deportistas, pero no solo. Gracias al excelente contenido en fibra y ácidos grasos mono y poliinsaturados (que se encuentran sobre todo en las nueces), contrarresta la aparición de determinadas enfermedades como la diabetes, la obesidad y niveles demasiado elevados de colesterol. Fuente de sales minerales, los frutos secos contienen vitamina E, que tiene propiedades antioxidantes, combate los radicales libres, favorece la renovación celular y es un valioso aliado en la prevención del cáncer. Para picar durante el día o incluso como acompañamiento de un yogur para una sabrosa merienda.


3 - Copos de avena para una energía plena

Verdaderos aliados de nuestro bienestar, los copos de avena favorecen de forma natural la eliminación de toxinas y normalizan la flora intestinal. Ricos en fibra, son una excelente fuente nutricional rica en carbohidratos, a los que está ligado el mayor valor energético, pero también en proteínas, estando totalmente libres de colesterol. Entre las vitaminas abunda la vitamina B1 (tiamina), pero no faltan el hierro y el fósforo y pueden dar una sensación de saciedad duradera: un motivo más para incluirlas en el desayuno al más puro estilo americano o para combinar con frutos rojos para un ligero y delicioso break.


4 - Pan integral, sabroso y amigable con la línea

Descuidar los carbohidratos pensando en perder peso o mantener la silueta es un grave error. En una dieta equilibrada, estos macronutrientes son fundamentales para darnos un impulso de energía, especialmente por las mañanas, y no hacernos sentir hambre. Lo ideal para un desayuno saludable es untar un velo de mermelada, quizás casera y en todo caso con un bajo contenido en azúcares añadidos, sobre un par de rebanadas de pan integral: el día no puede empezar con más sabor que este.


5 - Huevos, una auténtica maravilla

Un alimento sencillo y barato que está recuperando el lugar de honor que se merece en las dietas. Rico en proteínas, los huevos son capaces de saciarnos incluso si el contenido calórico es muy modesto, unas 60 calorías por huevo. Excelentes para disfrutar en el desayuno revueltos o hervidos, son también perfectos en forma de tortilla para una merienda equilibrada que de saciedad con gusto, o para una crepe dulce con alguna fruta.

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