Otro de sus beneficios para la piel tiene que ver con la capacidad de ofrecerle mayor brillo y blancura. Una mascarilla para conseguir una piel sana se prepara pisando 3 fresas y añadiéndoles unas gotas de jugo de lima y aceite de oliva. Se mezclan los ingredientes y en la piel limpia se aplica sobe el rostro y cuello por unos 15 minutos. Después hay que enjuagar con agua fría y secar para después colocar un poco de crema humectante. Esta mascarilla debe aplicarse 2 veces a la semana.
Las fresas son dueñas de mucho ácido salicílico, lo que remueve las células muertas de la piel; mientras que el jugo de lima le da la blancura y el aceite de oliva la mantendrá humectada.
Para tener una piel luminosa y sin arrugas se puede hacer un puré con fresas para colocarlo en la piel por 10 minutos y después, retirar la mascarilla con agua tibia. En caso de tener la piel grasa se puede agregar un huevo batido y para la piel seca, una cucharada de almendras dulces.
Las fresas son muy humectantes y dejan la piel siempre suave, pero para tener una piel tersa se puede pisar un par de fresas y mezclarlas con dos cucharadas de leche y una de miel. Esta preparación se coloca en la cara y el cuello por 20 minutos y luego hay que enjuagar con agua fresca.
Para una piel tonificada solo basta con mezclar 2 cucharadas de jugo de fresa con un poco de agua de rosas, se bate y se coloca en el refrigerador para que se enfríe y se pueda aplicar en la piel.
Otra de sus aplicaciones tiene que ver con el alto poder diurético que contiene además del hierro y la vitamina C, lo que se convierte en algo idóneo para combatir la celulitis. El uso de esta fruta de forma frecuente, ayuda además, a atenuar la intensidad y cantidad de manchas que aparecen por los rayos ultravioletas.
En realidad, son muchos los beneficios que ofrecen, convirtiéndolas en una fruta que no debe faltar.
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