Conserva de tomates al natural

Cómo hacer Conserva de tomates al natural

Pele los tomates. Para eso, lávelos y retíreles el pedúnculo; luego, realice un corte en cruz superficial en la piel del lado contrario. En una cacerola, hierva abundante agua. Sumerja los tomates en el agua caliente por 30 segundos, retírelos y coloque rápidamente en un bol con agua fría y hielo. Deje enfriar unos minutos y pélelos.

Córtelos al medio y retire con cuidado las semillas. Salpimiente y espolvoree con provenzal seca.

Acomode las mitades de tomate en un frasco esterilizado. Cubra con el aceite de oliva y cierre.

En una cacerola grande, coloque varias capas de papel absorbente sobre el fondo. Luego, llénela con agua hasta cubrir el frasco hasta su cuello, sin que se mojen las tapas. Lleve el agua a hervor. Cuando entre en ebullición, coloque los frascos llenos y cerrados.

Esterilice por 40 minutos. Retírelos y deje enfriar.

Rotule los frascos con la fecha de elaboración y guárdelos en un lugar oscuro y fresco.

Nota: Estas cantidades son para 1 frasco de 660 cm3.