Grisines de tomate con crema de berenjena

Cómo hacer Grisines de tomate con crema de berenjena

Lavar los vegetales, secarlos y pincharlos con un palillo de madera. Colocar en una bandeja para hornear cubierta con papel pergamino y cocinar durante aproximadamente 1 hora en un horno estático precalentado a 180 ° C. Cuando estén bien cocidos y tiernos, retirar del horno. Con cuidado de no quemarse, cortar por la mitad y retirar la pulpa sacándola con una cuchara. Reservar.

Para la salsa de tomate, poner 3 cucharadas de pasta de tomate en un plato hondo, sazonar con una pizca de aceite, una pizca de sal y agregar 2 cucharadas de agua. Mezclar bien para obtener una mezcla homogénea.

Tomar el hojaldre y formar los grisines: comenzando por el lado corto del rectángulo, cortar el hojaldre en tiras de aproximadamente 2 cm de ancho.

Torcionar las tiras de hojaldre con la ayuda de ambas manos. Colocarlas a cierta distancia en una bandeja para hornear cubierta con papel pergamino: pincelar con la salsa y espolvorear con parmesano. Cocinar los grisines en un horno estático precalentado a 200 ° C durante unos 20 minutos. Retirarlos del horno y dejar enfriar.

Mientras los grisines descansan, drenar el exceso de líquido de la pulpa de berenjena ahora fría. Mezclar con 1/2 diente de ajo, una cantidad generosa de aceite, 2 cucharadas de queso parmesano y 5 hojas de albahaca. Servir la crema de berenjena en un tazón pequeño con los grisines.