Crepes de espinacas sin leche ni huevos

Cómo hacer Crepes de espinacas sin leche ni huevos

Colocar un poco de agua en una cacerola y llevar a ebullición. Luego añadir las espinacas congeladas (o frescas) y hervirlas. Una vez cocidas exprimirlas bien para que pierdan todo el líquido vegetal. Esta fase es muy importante.

Dependiendo de cuánto líquido pierdan las espinacas una vez cocidas, la cantidad de agua a utilizar para la masa podría variar.
También si se prefiere, se pueden envolver las espinacas cocidas en un paño limpio para exprimirlas mejor.

Luego, colocar las espinacas ahora secas en una licuadora. Añadir también harina y agua. Es recomendable reservar 100 g de agua de la dosis indicada. Sólo se utilizará si es necesario.

Añadir en la licuadora una cucharada de aceite de oliva, una pizca de sal y unas gotas de zumo de limón (no es imprescindible).

Accionar la licuadora y licuar hasta obtener una masa suave, homogénea y no demasiado líquida. Por tanto el resto de agua añadirla o no a la mezcla, según la consistencia.

La consistencia obtenida permite tener crepes más espesos, Si se desea una masa más fluida para crepes más finos habrá que añadir un poco más del agua sobrante.

Tomar una sartén antiadherente y engrasarla con un poco de aceite de oliva eliminando el exceso con papel de cocina.

Verter un cucharón de masa en el centro. Se notará que la mezcla al no ser muy líquida no se extiende sola por toda la superficie de la sartén. Esto es normal, simplemente usar el dorso de una cuchara para nivelar rápidamente la superficie.

Cocinar durante un par de minutos (por lado) a fuego lento. Cuando la base esté cocida darlo vuelta al otro lado con una espátula.

Cuando los crepes estén listos, cubrirlos con film transparente o taparlos debajo de una bandeja para horno. Esto los mantendrá aún más suaves.

Continuar cocinando hasta terminar la mezcla. Con las dosis indicadas se pueden obtener alrededor de 12-15 crepes no muy grandes.