Comida chatarra: cómo decirle que no

La comida chatarra tiene un atractivo irresistible. Basta tropezarse con un anuncio de cualquier snack poco saludable para que a nuestro cerebro se le pongan en marcha unas ganas de comerlo difíciles de mantener a raya. La pregunta es: dado que la comida chatarra no es buena para nuestro organismo, especialmente si se toma de forma regular y en cantidades excesivas, ¿cómo podemos resistir la tentación de excedernos?

Dado que la comida chatarra está diseñada precisamente para inducir a comerla aunque no se sienta hambre, un equipo de científicos ha identificado formas de defenderse de dulces, papas fritas, bocadillos y alimentos refinados que socavan la silueta y la salud al mismo tiempo. La solución es más sencilla de lo que parece: basta con realizar actividad física. De hecho, el deporte ayudaría al desarrollo de la plasticidad cerebral, o la capacidad del cerebro para responder a nuevos estímulos.

Dado que, la razón por la que nos atrae tanto la comida chatarra siempre se debe a un mecanismo cerebral, he aquí que la actividad física regular puede aumentar la función cognitiva cerebral y prefrontal, lo que facilitará la regulación o limitación de nuestro consumo de comida chatarra. ¿Y cuánto hay que sudar para obtener resultados? Ya después de 20 minutos de ejercicio suave, tendrás menos ganas de recompensar tu cuerpo con comida chatarra. La gente consume menos alimentos ultraprocesados ​​como papas fritas o chocolate con leche después de 20 minutos de ejercicio de intensidad moderada. Las investigaciones han demostrado que un programa de ejercicio aeróbico de alta intensidad de 12 semanas puede reducir las preferencias o el apetito por la comida chatarra rica en calorías. Pero incluso una sesión de entrenamiento puede dar sus frutos, tanto el ejercicio aeróbico moderado como el entrenamiento de fuerza. Sin embargo, ¿cuáles son los mejores entrenamientos anti comida chatarra? Sin duda el yoga y los aeróbicos alivian el estrés y nos ayudan a nutrirnos sanamente.