Comer afuera y con astucia

O el caso puede ser el de aquellas personas que se ven obligadas a comer fuera de casa todos los días, postergando la posibilidad de ponerse a dieta, ya que consideran incompatible los menús de un restaurante con el hecho de seguir una dieta para perder peso.

Ya sea que estén siguiendo una dieta para perder peso, o simplermente deseen alimentarse de forma más saludable, las cosas se complican, porque no saben que pedir, ya que en un restaurante generalmente los alimentos tienen gran cantidad de mantequilla, crema, azúcar, sal, colesterol, etc.

Sin embargo, en todos los restaurantes existen posibilidades de elegir un menú adaptado a nuestras necesidades: es suficiente con saber y querer:

Los siguientes son buenos consejos para la hora de comer afuera sin caer en tentaciones descompensantes.

Tome un buen vaso de agua mientras espera el menú.

Trate de planificar con tiempo la elección del restaurante. Este debe tener un menú que ofrezca opciones y no desafíos.

Tómese su tiempo y lea el menú como si se tratara de un libro, teniendo en mente dos palabras claves: grasas y colesterol.

No tema hacer pedidos especiales o preguntar sobre cómo se prepara tal y cual cosa. Con el tiempo, cada vez más restaurantes se empeñan en servir bien a sus clientes del tipo health.

Elija platos que sean hervidos, grillados, horneados o al vapor. Evite frituras o variantes sautée que vienen con crema o manteca a modo de acompañamiento.

Opte por pescados, pollo sin piel, vegetales hervidos o pasta antes que carnes rojas o potajes.

A la hora de las entradas nada mejor que una sopa de tomate o caldo de pollo (sin crema). O una ensalada con jugo de limón.

Mínimo de carnes y este mínimo, (de ser muy máximo) debe ser compartido.

Ni pan ni manteca, por favor.

Las papas en cualquier modalidad menos fritas.

Untar con mostaza o tomate en lugar de manteca o mayonesa.

Renuncie por costumbre a la pastelería y los dulces para escoger fruta fresca, macedonia de frutas, compotas o postres de leche ligeros.